Cambios
significativos han ocurrido en el escenario sociopolítico
internacional tras la última visita a la Isla de Ignacio Ramonet,
hace ya seis años. Cambios que este importante ensayista, periodista
y escritor francés de origen español ha venido analizando con una
impresionante lucidez en sus habituales artículos, conferencias y
debates, y que centraron la charla que ofreció recientemente en el
Pabellón Cuba, en una de las jornadas del Festival Internacional del
Nuevo Cine Latinoamericano.
El autor de Propagandas silenciosas y Cien horas con
Fidel colocó bajo la lupa distintos temas de resonancia
internacional que han ocupado su atención en los últimos tiempos,
como los seísmos climáticos, financieros, tecnológicos,
comunicacionales y políticos. Habló, además, de la ética en el
quehacer periodístico, de la importancia de hacer pública una
información veraz en los medios de difusión, de la repercusión de
Wikileaks, y del alcance de las nuevas tecnologías en el orden
global, entre otros temas.
Impulsor del Foro Social de Porto Alegre, Ramonet no se anda por
las ramas. Lo suyo es ir de frente como un boxeador de primera
división. De ahí que desde el mismo inicio, cuando comenzó a
departir sobre los peligros que encierra el cambio climático, haya
lanzado con la fuerza de un derechazo al estómago uno de esos
"golpes" que definen completamente su estirpe intelectual. "No hay
que cambiar el clima hay que cambiar el sistema", afirmó con
convicción para marcar el camino a seguir de su conversatorio.
El regreso a Cuba de Ramonet coincidió con la celebración de la
cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), un acontecimiento que, como era de esperar, no
pasó por alto. Para el articulista del diario Le Monde Diplomatique,
cuya edición en francés dirigió entre 1990 y 2008, la CELAC confirma
especialmente "la capacidad de integración entre los países
latinoamericanos y es testimonio de lo que está cambiando en el
mundo."
"Un acontecimiento como ese era impensable hace unos años cuando
en la cumbre de Mar del Plata, en Argentina, George Bush, presentó
el ALCA como proyecto para América Latina. Pero ahora indica que no
estamos en resistencia contra el ALCA, sino que estamos creciendo en
la integración latinoamericana", comentó el analista nacido en
Pontevedra, España, en 1943.
Mencionó también los conflictos que han llevado a la economía
estadounidense a la primera línea de la crisis internacional. "Los
Estados Unidos en los últimos diez años han hecho tres guerras que
le han costado mucho y la más cara ha sido la llamada guerra contra
el terrorismo internacional", dijo el autor de La explosión del
periodismo.
Caía por su propio peso entonces que el investigador
franco-español girara el péndulo de su intervención hacia el
creciente movimiento de los indignados. "La llamada Primavera árabe
se interpretó en Europa como el signo de que era posible protestar,
que luchar era posible. Pero hay que ser prudente porque el de los
indignados es un movimiento que "no posee programa ni líderes ni se
propone alcanzar por el momento el poder, sino que tiene la consigna
de que la política, tal y como se está haciendo, no funciona".
Y agregó: "Desde ese punto de vista es un programa corto porque
se puede criticar la manera de hacer política, pero no se pueden
cambiar las cosas sin pasar por la política".