De 70 000 muebles sanitarios que correspondían al 2011, solo se
hicieron —según su director, Gabriel Valdés García— 50 000 y el
resto es irrecuperable, pues aun cuando el insumo entró a la fábrica
coincidentemente con la visita de este diario a mediados del mes de
noviembre, la producción no se reanudará hasta principios del año
próximo.
"Con los moldes que teníamos anteriormente no se pudo continuar
por el avanzado deterioro de los mismos, ahora se procederá a la
fabricación de los nuevos, la cual realiza el personal encargado de
trabajar en esa rama de la entidad", afirmó.
A pesar de que se advirtió en tiempo la situación a la empresa
IMECO, importadora y comercializadora del Ministerio de la
Construcción, en el mes de junio no llegó la materia prima y hubo
necesidad de detener las bancas porque los moldes estaban saturados
de humedad.
Al cierre de agosto la empresa venía alcanzando un crecimiento de
un 17 % con respecto a igual periodo del año anterior. De nueve
provincias, ya se habían cumplido al 100 % los compromisos con
Artemisa, Mayabeque, Villa Clara y la Isla de la Juventud, pero con
la falta productiva Cienfuegos se quedó al 75 % y otras cuatro
recibieron niveles muy por debajo de lo planificado, apuntó el
director.
"Los territorios más perjudicados son Pinar del Río, La Habana,
Matanzas y Sancti Spíritus".
Esta empresa tradicionalmente producía para satisfacer los
programas estatales de construcción de viviendas, pero este año
condujo sus esfuerzos hacia otro mercado mucho más exigente y de
mayor demanda: los puntos de venta liberada de materiales del
Ministerio de Comercio Interior.
Granma se dirigió a la empresa IMECO y conversó con su
director adjunto, Mario Francisco Larrinaga. "Es cierto que no
reaccionamos con la suficiente celeridad para resolver el problema",
expresó.
Relató que las relaciones comerciales de la entidad para la
compra de yeso se refrendaron en noviembre del 2008 en un contrato
para la entrega escalonada del material, pero una deuda financiera
acumulada con el suministrador impidió a IMECO importar el material
que correspondía al tercer y cuarto trimestre de la producción,
añadió el directivo.
El pago a un proveedor para la búsqueda del yeso, ya a destiempo,
posibilitó la llegada a la fábrica de la materia prima esperada.
La Empresa de Cerámica Blanca de San José, como algunas otras
entidades en Cuba, requiere, por su equipamiento mecanizado en la
elaboración de muebles sanitarios, de materiales importados para su
funcionamiento.
Debido al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, a
variaciones de precios, o a cualquier otro factor externo, esas
operaciones de importación pueden estar expuestas a las trabas y
persecuciones derivadas de la criminal política. Por tal motivo, es
indispensable estar preparado, contar con una eficiente
planificación y prever todo a tiempo para no lamentar situaciones
como la que aconteció en esta entidad, que van en detrimento de su
plan y de la satisfacción de la demanda poblacional.
Un proceso productivo depende, además de la eficiencia de sus
trabajadores, operarios y directivos, del actuar cohesionado y
eficaz de otros factores que intervienen en él como los encargados
de la transportación, el suministro de materia prima, entre otros.
La falta de iniciativa y la lenta capacidad de reacción de los
responsables de proporcionar los insumos necesarios a las empresas
se pueden convertir en factores determinantes en el incumplimiento
de los planes.
Además, las decisiones que se derivan de la ansiedad por resolver
un problema (cuya solución debió ejecutarse desde mucho antes)
pueden generar un gasto superior al planificado por los organismos
para asegurar los recursos destinados al desarrollo económico del
país.
En estos momentos, la planta se prepara para la próxima
producción, ya se realizó un mantenimiento y los trabajadores que se
desempeñan en la fabricación de los moldes comenzaron a laborar en
doble turno para garantizarlos en el tiempo previsto.
No obstante, no se recupera el daño social ni los 20 000 juegos
sanitarios incumplidos del plan correspondiente al 2011. Es evidente
que en este caso tampoco han funcionado los contratos que definen
las obligaciones de las partes. ¿Y quién responde por eso?