Seguidores de partidos liberales y del movimiento juvenil
protagonista de las revueltas contra Hosni Mubarak defendieron hoy
una suerte de voto de castigo contra partidos islamistas para
asegurar un balance democrático en el Parlamento.
Tras el éxito de los partidos Libertad y Justicia (PLJ, moderado)
y El-Nour (salafista) en la primera fase de las elecciones
legislativas de Egipto, los votantes de esta provincia aledaña a El
Cairo se debaten entre una política laicista o una sometida a la
omnipresente religión.
Los partidarios del Bloque Egipcio se hicieron oír más en Giza,
aunque el PLJ y el fundamentalista El-Nour parecían mantener la
misma tendencia de la primera fase, en que ganaron, en ese orden,
36,6 y 24,4 por ciento de los 168 escaños en liza de la cámara baja
del parlamento.
Unos 18,8 millones de egipcios de nueve provincias decidirán
ahora la suerte de otras 120 curules de la Asamblea del Pueblo (que
tiene 498), pero a diferencia de la preferencia casi ciega por el
islamismo en la demarcación de El-Beheira, en Giza se mira a las
pirámides.
Residentes en esta provincia de nombre mundialmente famoso por
las milenarias pirámides y la Esfinge lamentaron que tras las
revueltas que derrocaron a Mubarak se contrajo la afluencia de
visitantes extranjeros, componente esencial del turismo nacional.
Ahora, según dijo a Prensa Latina el arriero de coches Ahmed
Hesham, el temor se multiplica por la posibilidad de que un bloque
islamista en el hemiciclo imponga un retroceso al fundamentalismo y
ahuyente el turismo de playa, muy interrelacionado con el de
monumentos faraónicos.
Sin embargo, el empuje de los moderados del PLJ, brazo político
de la Hermandad Musulmana (HM) que lidera la alianza Democrática, y
de los ultraconservadores salafistas del Bloque Islámico parecía
imparable, pese a la contraofensiva del Bloque Egipcio y otras
fuerzas.
El Bloque Egipcio (laico), que quedó tercero en la primera etapa
con un 13,4 por ciento de los votos, lo integran los partidos
Egipcios Libres, Socialdemócrata Egipcio y el izquierdista Al-Tagammu,
cuya meta en esta fase es contrarrestar la influencia de la HM y el
salafismo.
Según datos oficiales, en cuarto puesto quedó el partido liberal
Al-Wafd, con 7,1 por ciento, y Al-Wassat, otro islamista que como su
nombre indica en árabe (Centro) obtuvo 4,3 por ciento de sufragios.
Para analistas, el gran perdedor ha sido el Bloque La Revolución
Continúa, formado por activistas juveniles que guiaron el
levantamiento contra Mubarak en enero y febrero, relegados ahora con
3,5 por ciento, reportó Prensa Latina.