El jefe del Pentágono, Leon Panetta, afirmó hoy que Estados
Unidos y las naciones occidentales "están ganando el conflicto
contra el Talibán y la insurgencia" en Afganistán. ¿A qué victoria
se refirió el Secretario de Defensa? ¿A cuántos "terroristas" han
capturado?
Tras una década de invasión, ni Washington ni sus aliados han
sido capaces de controlar o garantizar la seguridad en la República
Islámica. Claro, no les interesa, pues de haberlo logrado tendrían
que retirarse de allí. Y esto último sí sería para ellos una
derrota.
Para el Pentágono, la retirada de Afganistán equivaldría a perder
—entre otras cosas— su control sobre Paquistán, las bases de aviones
no tripulados, la red de narcotráfico y los intereses petroleros. Se
privarían también de las ganancias de la reconstrucción de un país
tan devastado. A nadie le resulta ajeno que para Washington, las
guerras son un negocio redondo.
No importa que miles de soldados norteamericanos y extranjeros
hayan muerto, ni que el sentimiento anti-Washington crezca cada día.
Nada significa que la inestabilidad política reine en el país de
Hamid Karzai. ¿Quién ganaría con eso? El Pentágono, que justifica
así la "misión estabilizadora", donde la población civil en la
víctima de sus daños colaterales.
Aunque ninguno de los supuestos objetivos de la invasión se haya
cumplido, para Panetta el conflicto bélico de Afganistán ha sido
exitoso. Tanto así, que ya hablan de asegurar su presencia militar
en esa nación después del 2014.
A Washington le conviene extender aún más el violento escenario
de Afganistán: los asesinatos, la detonación de coches bomba y los
atentados suicidas. ¿Cuántas de estas acciones impulsará el propio
Imperio? (Claudia Fonseca Sosa)