Entre Drácula, vampiros y “luz brillante”

ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ

Sobre el Conde Drácula y los vampiros rumanos había leído historias inverosímiles, escalofriantes. También he visto no pocas sádicas pinturas que se recrean en los colmillos ensangrentados del clavados sobre la yugular de algún ser humano.

Foto: APLa foto muestra el edificio gubernamental en Bucarest que albergó una de las cárceles secretas de la CIA.

Pero lo que nunca me imaginé es que en pleno siglo XXI y en la misma Rumania de las fábulas del susodicho personaje y los vampiros, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos utilizara un edificio del Gobierno rumano, en un barrio residencial en el norte de Bucarest, como cárcel secreta de las inventadas por George W. Bush.

La prisión, cuyo nombre clave es "Luz Brillante", fue lugar de reclusión de no pocos árabes detenidos por la CIA durante la cruzada de Bush. Allí, entre otros muchos, sufrió torturas Kaled Sheij Mohamed, presunto autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre del 2001, según el diario The Independent.

Tanto la agencia norteamericana de noticias AP como la televisora alemana ARD, ubicaron el inmueble y apreciaron los duros procedimientos que se emplearon en la cárcel secreta para interrogar a sospechosos de terrorismo.

La prensa internacional especula con el hecho de que "Luz Brillante" estuviese ubicado en un céntrico y populoso barrio de la capital rumana y no en un apartado paraje rural o alguna base militar, como ha sido en otras cárceles de la CIA.

Ahora el citado edificio gubernamental funciona como Oficina del Registro Nacional de Información Clasificada (ORNISS), donde se almacenan datos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Unión Europea.

Y aunque las autoridades rumanas han negado la existencia de esa prisión secreta, lo real es que esta vez han sido los propios oficiales de la inteligencia estadounidenses quienes describieron el inmueble e identificaron fotografías del mismo.

Funcionarios estadounidenses citados por la prensa aseguraron que "Luz Brillante" empezó a funcionar como prisión en el otoño del 2003, cuando se decidió desmontar la cárcel secreta que la CIA tenía en Polonia.

Esta vez la táctica de Estados Unidos fue usar esa edificación, entre calles muy transitadas, donde era fácil llevar a los prisioneros a bordo de camionetas oficiales que ingresaban al inmueble por la parte trasera que lleva directamente al estacionamiento subterráneo y al sótano.

Y volviendo a las acciones de los vampiros rumanos de las leyendas, pero esta vez como verdad irrebatible, se comprobó que en el sótano de la edificación había seis celdas prefabricadas que estaban montadas sobre resortes, lo que las mantenía inestables para causar desorientación a los detenidos.

Entre las torturas practicadas allí, funcionarios de Washington han reconocido que los reos en "Luz Brillante" fueron sometidos a privación del sueño y obligados a estar de pie en posturas dolorosas, entre otras.

La existencia de estos centros en varios países de Europa del Este fue reconocida hasta por el propio George W. Bush, quien admitió el 6 de septiembre del 2006 que eran prisiones clandestinas para detener y obtener información de los combatientes enemigos, los que posteriormente eran trasladados a la ilegal base norteamericana en Guantánamo, donde también se practicaron las más terribles torturas contra seres humanos.

Aunque el actual mandatario, Barack Obama, prometió cerrar el centro en la ilegal base en Cuba y la CIA ha tratado de ocultar todo lo referente a vuelos secretos, nada nuevo ha ocurrido que no sea la continuación de los maltratos a los prisioneros y la salida a la luz pública de informaciones como la de la cárcel secreta en pleno corazón de la capital de Rumania.

Para que la historia sea más completa, ante la petición de información por parte del Consejo Europeo que pretende investigar lo de los vuelos y las cárceles secretas, los gobiernos implicados han hecho mutis y por ejemplo, en el caso que nos ocupa —Rumania— han informado que nunca hubo prisiones clandestinas o vuelos secretos en ese país¼

No obstante, y con un alto índice de frustración, el director de la investigación del Consejo de Europa, el diplomático suizo Dick Marty, comentó: después de años de negativas oficiales, apenas estamos descubriendo lo que ocurrió en Bucarest.

 

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