El
crecimiento porcentual de las temperaturas, las lluvias y la sequía,
son causas del aumento de la presencia de vectores y por
consiguiente, de las enfermedades que estos transmiten. De ahí que
sea imprescindible incrementar las medidas preventivas para evitar
cualquier riesgo de la población.
La campaña contra el mosquito Aedes aegypti ha sido
prioridad del Gobierno cubano y del pueblo, en general. Gracias a la
voluntad política y a las estrategias de lucha antivectorial
trazadas por las autoridades sanitarias, Cuba ha logrado mantenerse
como un país donde el dengue, enfermedad transmitida por este
vector, no es endémico.
"El Ministerio de Salud Pública conduce técnicamente las acciones
para el control de los vectores, pero cada ciudadano tiene un papel
que jugar", alerta Luis Estruch, viceministro del sector.
Efectuar sistemáticamente el examen autofocal en la vivienda y
sus alrededores es el método más efectivo y económico para evitar
que el vector se reproduzca y prolifere en focos de infección.
Aplicar medidas de prevención como el cepillado de los depósitos, el
tapado hermético de los mismos y la eliminación de posibles
criaderos, junto a la colaboración con los operarios de la campaña
para la inspección, abatización y fumigación de las viviendas,
bastaría para reducir los índices de infestación del Aedes.
Juan R. Vázquez Cangas, director nacional de Entomología y Lucha
Antivectorial del área de Higiene del Ministerio de Salud Pública (MINSAP),
explicó a Granma que, por ejemplo, la Cipermetrina (producto
químico que se utiliza para el control adulticida de los mosquitos),
hoy tiene un valor de 9 500 CUC la tonelada. Para tratar con este
producto las manzanas o hectáreas que conforman la capital del país,
solo por concepto extradomiciliario (fumigación por las calles) se
demandan unas 0,5 toneladas; mientras que para su aplicación en el
interior de la vivienda, se requieren unas 7,7 toneladas.
Agrega Cangas que esta acción, llevada a cabo cada siete días,
precisa de unas 8,2 toneladas de Cipermetrina, lo que equivale a 33
toneladas en un mes, que tienen un costo de 313 500 dólares, sin
tener en cuenta los gastos por combustible, fuerza de trabajo,
alimentación y transporte.
Aun cuando el país invierte en productos como este, muchos
ciudadanos se resisten a permitir este tratamiento en las viviendas,
no las cierran correctamente o las abren antes de lo establecido (45
minutos), sin contar las que permanecen cerradas y pueden constituir
riesgo de criaderos.
Según cálculos, el costo de los equipos para el tratamiento
químico adulticida (comúnmente llamado fumigación), es de 1 300 CUC
una bazuca, 750 CUC una motomochila, 43,40 CUC un aspersor manual y
15 000 CUC un equipo de alta productividad para la fumigación
extradomiciliaria. Solamente la capital demanda de unas 1 300
bazucas para hacer tratamiento de forma intensiva, cuyo costo
estimado es de más de un millón de CUC, mientras los nueve equipos
de alta productividad que se necesitan para hacer el tratamiento en
las calles valen unos 93 mil CUC, explicó Cangas.
La fumigación es la última medida de control para el Aedes
aegypti; pero lo fundamental para combatirlo es la eliminación
de sus criaderos. Para ello, además de velar por los depósitos de
agua, es frecuente utilizar larvicidas como el abate, que tiene un
periodo de efectividad de dos meses.
Señala el director nacional de Entomología y Lucha Antivectorial
del área de Higiene del MINSAP, que cada vivienda abatizada consume
como promedio unos 100 gramos del producto por vez, el equivalente a
0,10 CUC. Si es tratada para el control adulto del mosquito,
especifica, requiere como promedio 0,14 CUC y si se aplica
tratamiento perifocal (producto de acción residual) demanda de unos
0,36 CUC.
Todos esos gastos serán baldíos si la primera vía y la más
eficiente no se cumple: eliminar el vector de la vivienda y sus
alrededores. En ello tienen un peso las acciones que realicen los
moradores junto al sistema de salud pública; de la misma forma es
indispensable que otros organismos realicen un trabajo consensuado,
responsable y sistemático.
Comunales, Aguas Negras y Acueducto tienen una cuota
representativa en el enfrentamiento al vector y en la destrucción de
otros posibles criaderos, como pueden ser los microvertederos
—fuente de proliferación de este y otros vectores—; así como la
reparación de calles y salideros, tanto de agua potable como
albañales.
La clave del éxito de la campaña antivectorial está en el
esfuerzo de todos en la comunidad y del sector estatal (entiéndase
cada centro de trabajo, con sus cuadros al frente), la disciplina y
estabilidad en los chequeos y la supervisión para la correcta
detección de los focos de Aedes, junto a la cooperación de
los diferentes organismos de masas y estatales.
Cuba gasta y seguirá gastando los recursos necesarios para
mantener la salud del pueblo cubano; sin embargo, es una necesidad
imperiosa la cooperación consciente de la comunidad, pues el mayor
aporte para el control del mosquito Aedes aegypti es su
eliminación del hogar y de cada institución. Y esto solo cuesta la
intención responsable de cada ciudadano, que de esa manera no solo
se protege y es protegido por el gobierno, sino que también se
convierte en un defensor de los recursos de todo el pueblo.