El canciller paraguayo, Jorge Lara, destacó hoy la necesidad de
acelerar la constitución del Banco del Sur como paso significativo
para alcanzar la verdadera integración y soberanía económica de
América Latina, informa Prensa Latina.
Al intervenir este miércoles en el II Seminario Internacional
sobre "La crisis financiera mundial y el Banco del Sur", invitó
también a los demás países de la Unión de Naciones Suramericanas a
unir esfuerzos en la reflexión de la cooperación e incentivar el
comercio intrarregional.
Lara recordó el surgimiento de esta institución y destacó que
entre sus funciones tiene la de financiar el desarrollo de los
países miembros, fortalecer los procesos de integración regional,
reducir las asimetrías, la pobreza y la exclusión social, además de
promover el empleo.
El acta fundacional del Banco del Sur fue firmada el 9 de
diciembre de 2007 en la ciudad de Buenos Aires por los gobernantes
de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Uruguay
y Venezuela.
La entidad tendrá un capital de 20 mil millones de dólares y cada
Estado miembro aportará en correspondencia con el tamaño de sus
economías.
El ministro del Exterior paraguayo significó que para este país
es sumamente necesario profundizar los procesos de integración para
disminuir la fragilidad y los riesgos de esta región ante la crisis.
Al respecto, destacó, que el Banco del Sur viene a llenar una
sentida necesidad de la región en materia de financiamiento.
Este, dijo, se convertiría en un instrumento fundamental para el
desarrollo económico y social de los pueblos de la región.
Lara remarcó que el surgimiento de esa entidad es otro paso
significativo en el camino de nuestra América por alcanzar la
verdadera integración y soberanía económica.
En ese sentido, Paraguay se adhiere a un nuevo concepto de
integración regional basado en la reciprocidad con los países más
desarrollados, con vistas a lograr el progreso económico y social
sustentable.
Sobre la crisis económica internacional expresó que ésta
manifiesta el límite histórico de reproducción de un modelo
financiero que ha privilegiado a poderosos sectores económicos a
costa de los pueblos, y transfiriendo dichos costos a otros países.
Este modelo en crisis -opinó- privilegió una lógica económica en
la que los Estados, aún los más fuertes, han quedado subordinados a
empresas y mercados.
"Por eso estamos enfrentando a una crisis de paradigmas que exige
pensar en un modelo alternativo, y en consecuencia debatir,
reflexionar y asumir opciones", afirmó.