La población belga está conmocionada hoy tras el mortal ataque
perpetrado en la ciudad de Lieja por un individuo armado con fusiles
y granadas que asesinó a cinco personas y causó heridas a más de
120.
El primer ministro Elio di Rupo condenó el crimen y lo calificó
de acto horrible, mientras el presidente del Consejo Europeo, Herman
Van Rompuy, dijo estar perplejo y desolado por estas muertes
atroces.
El gobierno belga ha recibido mensajes de condolencias del Reino
Unido, del presidente del Eurogrupo, Jean-Klaude Junker, y del Gran
Duque Henri de Luxemburgo, entre otros.
Un editorial del diario Le Soir publicado este miércoles señala
que las víctimas, sus familias, la ciudad de Lieja y todo el país
deben conocer las razones de la matanza para impedir la repetición
de estos hechos.
En las últimas horas el número de víctimas aumentó tras la muerte
en el hospital de un bebé y el descubrimiento del cadáver de una
mujer en la vivienda del autor del múltiple crimen, Nordine Amrani.
Dos adolescentes, una anciana y el propio Amrani figuran también
entre los muertos por el ataque, en tanto que 120 personas
recibieron diversas heridas, algunas de gravedad.
El sujeto tenía antecedentes penales por posesión ilegal de armas
de fuego y drogas, y este martes estaba citado para una entrevista
en la policía.
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, en lugar de
acudir a la cita, Amrani se armó con un fusil de asalto y varias
granadas, asesinó a la empleada doméstica de su vecina y se dirigió
a la concurrida plaza de Saint-Lambert.
Una vez allí lanzó los explosivos contra la multitud que compraba
en un tradicional mercado por las fiestas de fin de año, luego
disparó contra un grupo de personas en una parada de autobús y
finalmente se suicidó de un disparo en la cabeza.
La frialdad y la extrema violencia con que cometió la matanza
mantienen en estado de choque a la población de Lieja y toda
Bélgica, reportó Prensa Latina.