Wilfredo Naranjo, Premio Nacional de Música 2011
Siempre original y desde Manzanillo
DILBERT REYES RODRÍGUEZ
Algo
bueno, muy bueno, tenía que dar aquel niño de cinco años que dejaba
de jugar cuando pasaba, cada tarde frente a su casa, el alegre y
contagioso órgano manzanillero.
¿Cuánto pudieron definirle el futuro al pequeño Wilfredo Naranjo,
la comparsa que ensayaba siempre en el solar cercano al hogar, y la
filarmónica que soplaba el padre en cada cumpleaños familiar, y los
conocimientos de piano de la madre, y las canciones en la casa
cuando no había luz?
El niño Wilfredo, de cinco o seis años, ya se molestaba porque le
faltaban notas a la marimba, o no le sonaba bien alguna; pero la
molestia alegraba a los adultos más cercanos, quienes enseguida
notaron la vocación y lo guiaron; sin sospecharlo todavía como el
talentoso Pachi pianista, compositor y arreglista, y mucho menos
imaginarlo como merecedor un día del Premio Nacional de Música.
"Mi hogar fue sin duda la primera escuela. Esa gran influencia y
la del ambiente musical circundante, moldearon durante la infancia
todo el ritmo y el oído melódico que dijeron ver en mí. La familia y
su entorno fueron el precedente fundamental de mi carrera, que
formalmente inició en el conservatorio de la ciudad, con los
estudios de piano y teoría musical."
Aunque había comenzado como cantante en el coro del colegio La
Salle, muy pronto supo que su futuro era detrás del teclado.
"Cuando entré a la secundaria me topé con unos muchachos
queriendo armar un grupito; entre ellos Pedro Rivero, que me
acompaña hasta hoy como cantante de la Original, y a quien tengo por
descubridor.
"Él era uno de los muchachos que adiestraba al resto, y cuando se
enteran del nuevo ingreso, tocador de piano, van enseguida a
probarme. Lo hacen con Me voy para la luna, de la Aragón, y
al final exclamaron: ¡Este es el tipo!
"Así surgieron Los Traviesos, formados por solo un piano como
acompañante, dos cantantes y un montón de adolescentes tocando
percusión. En ese piquete de sana descarga musical fue donde nació
la idea de la Original. Tenía 14 años y era el menor de todos."
UNA ORIGINAL CARRERA MUSICAL
"Apasionados con la Aragón, cuya música era imprescindible en
nuestras descargas, tomamos la decisión: Vamos a hacer una orquesta
típica, una charanga, que no hay ninguna en Manzanillo.
"Fue como empezar de cero. Compramos una flauta y Eduardo Aguirre
empezó a estudiarla; Jesús Armesto comenzó a estudiar el contrabajo,
y así nos fuimos haciendo de los instrumentos, excepto de los
violines, esenciales en una charanga.
"Rápido los suplantamos por un acordeón, y esa originalidad
dentro de una típica determinó el nombre del grupo, que aunque
después incorporó los violines, ya se había estrenado como la
Original, cuyo nacimiento oficial fue el 21 de diciembre de 1963.
"En nuestro primer viaje a Las Tunas completamos el nombre,
porque los carteles en los carros decían Original, y todo el mundo
preguntaba: ¿Original de qué? ¿Original de dónde? Así se quedó
entonces: Original de Manzanillo."
¿Raíces? "El órgano y la conga manzanilleros, en primerísimo
lugar, alimentaron y delinearon a la Original. Al inicio no teníamos
conciencia de todo lo demás, de lo que vendría después, pero el
órgano y la conga ya estaban sembrados. El verdadero sello Original
comienza a definirse en la década de los 70, a partir del
acercamiento a aquellos ritmos. Decido cambiar el golpe de güiro,
del tradicional machete en las charangas de la capital, a un sonido
que imitaba de modo inconfundible al órgano manzanillero. A la
tumbadora también le hice un cambio de golpe, para hacer el número
Sí, me gusta el son, de Manolo del Valle, en 1971, que
también asemejaba la cadencia del órgano. En fin, comenzamos a
‘originalizar’ la orquesta desde los ritmos autóctonos de
Manzanillo. Era un sello sonoro que ya nos diferenciaba del resto.
"Claro, mientras madurábamos fuimos incorporando los nuevos
conocimientos: en un momento el sabor de la orquesta de Chepín en
Santiago de Cuba, el tres a tiempo de El Guayabero, el nengón de la
cuenca del Cauto, y otros que nos influencian positivamente porque
también nos acercaban a nuestra tierra. Ahí se cuenta la plena
puertorriqueña y el merengue dominicano, siempre presentes en el
carnaval de Manzanillo, el vallenato, la melcocha, etcétera.
"Todo eso también argumentó lo original en la Original. Igual
fuimos vanguardistas en inclusión de tecnología, siempre en función
de la esencia rítmica de la orquesta; compartimos con innumerables
estrellas como Oscar de León, Altamira Banda Show, Las Chicas del
Can, Wilfrido Vargas, Joe Arroyo. En fin, desde que la Original
salió, lo hizo con buena estrella."
TRES PREGUNTAS FINALES
¿Es la fidelidad —primero a su tierra y luego a los ritmos de los
que hereda— un valor que destaca en su carrera, en la orquesta?
"Sin duda. A Manzanillo, primero, porque es mi tierra. Un gran
amigo dijo una vez que quien no quiere a su patria chica, no quiere
a la grande. Nosotros pensamos igual.
¿Como músico, alguna preferencia en su oficio?
"Sobre todas las cosas, lo que más me gustó siempre fue
orquestar. Darle acompañamiento, vida a las canciones. El arreglista
tiene un mundo de imaginación y la meta es adaptarla a temáticas
específicas."
¿El Premio Nacional de Música será un cierre en la vida artística
de Pachi?
"Para nada. Es más bien un compromiso al que debo responder por
qué lo merecí. No es un problema de demostración ni vanagloria, es
porque me late dentro, y si no estuviera siempre consciente de que
cada día puede ser mejor al anterior, entonces el Premio no hubiera
llegado." |