China

El desafío de iguales beneficios

CLAUDIA FONSECA SOSA

Muchas veces hemos escuchado que en todo modelo de sistema socialista el hombre ocupa un lugar fundamental. En el caso de China, esta afirmación podría adquirir mayor significado, pues cobija a alrededor del 20 % de los habitantes del planeta. Sin duda un privilegio, pero que constituye también un desafío.

Foto: globalasia.comChina redujo a la mitad su población rural pobre, según fuente oficial.

De hecho, la sociedad china enfrenta serias dificultades como la contaminación ambiental, las diferencias entre el desarrollo del campo y la ciudad, la insuficiente superficie cultivada con que cuenta la nación en correspondencia con el número de personas a alimentar, así como el envejecimiento poblacional. Pero el Gobierno es consciente de estos problemas y actúa sobre ellos de manera sistemática.

Por ejemplo, en aras de acrecentar el bienestar social y repartir los recursos de manera más equitativa en las zonas rurales del país —donde residen poco más de 674 millones de personas—, la Administración china ha creado múltiples estrategias como el Programa del rocío, que en el periodo 2004-2010 capacitó a más de cuatro millones de miembros de familias campesinas pobres en el manejo de tecnologías agrícolas, facilitándoles el acceso a trabajos mejor pagados.

El Gobierno reubicó hacia sitios más habitables a 7,7 millones de aldeanos que vi-vían en extrema necesidad. Resolvió el problema del suministro de agua potable para 56,76 millones de personas, así como aumentó las inversiones en la cimentación de infraestructuras que facilitan las condiciones de trabajo de los campesinos. Igualmente, aplicó algunas políticas de apoyo en las zonas más empobrecidas, como el recorte de impuestos agrícolas y la extensión de la matrícula escolar primaria y secundaria.

Entre el 2002 y el 2010 se construyeron 592 nuevos distritos en las zonas de menor desarrollo. Allí se implementó la educación obligatoria, lo que significa un avance considerable en la eliminación del analfabetismo entre los jóvenes y residentes de mediana edad.

Hasta julio del presente año, un total de 52 millones de vecinos en los campos de China se habían beneficiado del sistema estatal de pensiones de subsistencia, que proporciona artículos básicos de uso diario, agua y electricidad. Mientras, el proyecto piloto del nuevo tipo de seguro social de vejez —lanzado en el 2009—, se había ampliado al 60 % de las zonas rurales del país.

Sobre el tema, en los primeros días de noviembre el Consejo de Estado publicó un informe titulado "Nuevos Progresos del Programa de Ayuda contra la Pobreza con Recursos para el Desarrollo en las Zonas Rurales de China", donde dio a conocer que en una década el país asiático redujo su población rural pobre de 94,22 millones de personas a 26,88 millones. Asimismo, notificó que el gasto anual del Gobierno en proyectos para aliviar este flagelo creció un promedio del 11,9 % en el citado lapso.

Otras informaciones publicadas en El Diario del Pueblo hablan de un incremento del umbral de pobreza en esta nación, lo que posibilita a más personas de bajos ingresos asociarse a los programas nacionales de ayuda. Beijing decidió casi duplicar este indicador para beneficiar al menos a 100 millones de campesinos, y así, aproximarse más al propósito estatal de construir una sociedad moderadamente acomodada para el 2020, indicó el primer ministro, Wen Jiabao, en una reunión convocada para debatir el asunto.

Al intervenir en el evento, el presidente chino, Hu Jintao, dijo que la reducción de la pobreza siempre ha estado entre las prioridades de su administración. "La mejora de la vida del pueblo y la materialización de la prosperidad para todos son los requisitos fundamentales del socialismo", precisó. De acuerdo con estos planteamientos, el objetivo supremo es que cada ciudadano disfrute —en igualdad de condiciones— los beneficios del desarrollo económico que caracteriza al país.

Según los planes del Gobierno, en la próxima década China será capaz de garantizar alimento, ropa, vivienda y servicios básicos de salud para cada uno de sus 1 340 millones de habitantes. Entonces, el crecimiento de los ingresos netos anuales de los campesinos en las regiones más atrasadas estará por encima del promedio nacional, en tanto la tendencia actual de la ampliación de la brecha entre ricos y pobres se invertirá, agregó el premier.

Con ese empeño —y cumpliendo con algunos puntos del XII Plan Quinquenal— Beijing incentiva la educación preescolar y especial en el campo, apoya la construcción de centros docentes bilingües en las zonas étnicas, trabaja en la aplicación de una política de empleo más efectiva, e insiste en la necesidad de poner en práctica programas de ayuda interregional: que el Este auxilie al Oeste, las zonas urbanas asistan a las rurales y las avanzadas a las más atrasadas.

 

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