Un salvavidas para la playa de La Pasada y el
Tibaracón del Miel

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

A la playa de La Pasada, o playa Caribe, como también se le conoce, corresponde un lugar preeminente entre los diversos atractivos turísticos de la ciudad de Baracoa, por su privilegiada ubicación (aledaña a la pintoresca urbe) y el encanto de develar al visitante la majestuosidad del Atlántico.

Fotos del autorTibaracón del río Miel. Obsérvese, al centro de la imagen, el estrechamiento de la sección transversal (ancho) de ese accidente geográfico típico de Baracoa.

Esa área de baño, sin embargo, es presa acelerada de la erosión, causada por el aumento del nivel del mar y las prácticas incorrectas del hombre como la edificación de obras sobre la cresta de la duna y la extracción furtiva de arena para fines disímiles.

La aparición del afloramiento rocoso en la playa de La Pasada comenzó hace unos 20 años y continúa en ascenso, de tal modo que de los 2 000 metros lineales con que cuenta ese accidente geográfico, ya más de 300 están afectados severamente y en unos 800 es visible por momentos el fenómeno, asegura a Granma el máster Ricardo Suárez Bustamante, delegado del Centro de Investigación, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Baracoa.

Fotos del autorMás de 300 metros lineales de la playa de La Pasada están afectados por afloramiento rocoso pronunciado.

Explica el especialista que la existencia de viviendas y otras edificaciones sobre la duna natural muchas veces impide el ciclo total de las olas en su contacto con la franja de sol, las que al chocar con esas obras retornan con cierta fuerza, arrastrando hacia el mar mayor cantidad de arena que la que impone la naturaleza con el normal oleaje del océano.

La construcción de esos inmuebles sobre la duna, acota Bustamante, corresponde más bien a etapas pasadas, aunque sus consecuencias se mantienen.

No sucede lo mismo con la extracción ilícita de arena que sí continúa manifestándose ampliamente. Cálculos prudenciales estiman en unos 10 metros cúbicos la cantidad extraída diariamente de la playa de La Pasada en diferentes medios de transporte: carretas tiradas por tractores, jeeps, bicitaxis y bicicletas, entre otros, al amparo de la pobre o nula actuación para evitarlo de los organismos competentes, en especial de sus cuerpos de inspección o supervisión.

Ante semejante volumen de material extraído furtivamente, tanto de día como de noche, apenas se han impuesto cuatro multas en lo que va de año, todas por el CITMA.

A favor del deterioro de La Pasada obra también la existencia en Cabacú (a unos 3 kilómetros del sitio de baño) de un molino de áridos que desde los años '80 del pasado siglo extrae la materia prima del río Miel, único torrente del cual recibe arena la citada playa.

Esa industria, aunque clave para el desarrollo constructivo de Baracoa y en especial para la recuperación de viviendas dañadas por el huracán Ike y otros fenómenos climatológicos, limita que la arena continúe su recorrido hacia su destino final.

Las playas baracoenses son de origen fluvial en su mayoría, es decir, se nutren de arena de ríos, por lo que la extracción de árido de esas corrientes impacta negativamente sobre esos geosistemas.

TAMBIÉN PELIGRA EL TIBARACÓN DEL MIEL

La mayor porción de la playa Caribe forma parte del Tibaracón del río Miel. Los tibaracones (también suele llamárseles deltas lineales) son barras acumulativas de arena de origen fluvial, formadas entre el oleaje del mar y la orilla norte de los ríos, constituyen una barrera de protección contra las penetraciones del mar y evitan la salinización del curso inferior de los ríos y del suelo en las riberas. En todo el Caribe insular estos accidentes geográficos son exclusivos de Baracoa.

Pues bien, el extremo este de ese tibaracón corre el riesgo de desaparecer por el debilitamiento de su sección transversal (ancho), provocado por la acción combinada del mar y las crecientes del río Miel, junto a la mano irresponsable del hombre, que continúa deforestando ese ecosistema fluviomarino.

Para impedir el indeseado acontecimiento se precisa de una intervención urgente multisectorial y de los componentes económico-sociales del entorno, que mitigue el peligro, el riesgo y la vulnerabilidad del delta lineal, acción que bien pudiera comenzar por la reforestación con uva caleta, coco y almendro, por citar algunas plantas fijadoras del suelo y resistentes a los embates del mar y las avenidas del Miel.

La desaparición de esa parte del tibaracón, alertan los especialistas, originaría cambios en la dinámica costera de la zona, con la consiguiente invasión del mar hacia tierra firme y la salinización del suelo y las aguas del río Miel.

Guillermo Lemes Mojena, director de la Unidad de Medio Ambiente del CITMA en la provincia, informó que hasta el momento Guantánamo no tiene incorporada ninguna de sus más de 40 playas (la mayoría sufren los efectos de la erosión) al programa nacional de rehabilitación. El inicio de los estudios para evaluar el estado de esos geosistemas y proponer las acciones de salvación está previsto para el año próximo, puntualizó.

Mientras tanto Granma conoció que hace unas jornadas el Partido y el Gobierno en el municipio de Baracoa presidieron un análisis sobre la situación de la mencionada playa, en el cual participaron directivos de las empresas y organismos constructores y comercializadores de los materiales de construcción, así como del Ministerio del Interior, Tropas Guardafronteras, Dirección de Inspección y Supervisión, Oficina de Cobro de Multas, CITMA, Fiscalía y las organizaciones de masa.

El objetivo fue buscar la debida integración de todas las fuerzas que deben accionar en el rescate y preservación del frágil ecosistema, partiendo de poner fin a la extracción furtiva de arena, expresó Wílker Rodríguez Noa, vicepresidente del Consejo de Administración Municipal.

El análisis es tardío, pero obliga a accionar con rapidez y fortalecer la exigencia para preservar el Tibaracón.

 

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