El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se presentará a la
reelección el año próximo con el vicepresidente Joseph Biden como
fórmula demócrata, confirmó este viernes la Casa Blanca.
El anuncio desmiente recientes rumores sobre la posibilidad de
conformar el dueto Obama-Hillary Clinton, como estrategia del
llamado partido azul para retener la primera magistratura, durante
otros cuatro años, reporta Prensa Latina.
Algunas analistas sugirieron, incluso, que el actual mandatario
desestimara su candidatura a favor de la secretaria de Estado, quien
goza de mayor apoyo y posibilidades de derrotar a cualquier
candidato republicano, tal y como aseguran diversos sondeos.
Ese tipo de rumores es emitido por quienes no saben absolutamente
nada de lo que hablan, expresó de manera parca Jay Carney, vocero
presidencial.
Un sondeo de la encuestadora Gallup reveló este viernes que Obama
posee un 43 por ciento de aprobación general, uno de los índices más
bajos para un gobernante en su tercer año de mandato.
A juicio de los patrocinadores del estudio si esos valores no
aumentan significativamente este mes, el jefe de Estado podría
convertirse en el primero con un respaldo inferior al 50 por ciento,
para el período en análisis.
El estadista reconoce que obtener un nuevo mandato en 2012 será
una tarea difícil teniendo en cuenta el anémico estado de la
economía y la tasa de desempleo, que aunque ahora se encuentra en
8,6 por ciento, continúa siendo muy elevada.
Obama mantuvo cautela al emitir criterios sobre el tema y solo
expresó que son momentos para apretar el acelerador y lograr que el
crecimiento siga avanzando.
Sin embargo, continúa teniendo en el Congreso su principal
escollo, pues las enconadas disputas entre demócratas y republicanos
le impiden legislar y cumplir con muchas de sus promesas electorales
durante la campaña de 2008.
Su Ley Antidesempleo permanece empantanada por divergencias sobre
la elevación o reducción de los impuestos a las clases más ricas.
Continúa pendiente la reforma migratoria, que saque del limbo a
unos 12 millones de indocumentados, dos temas cruciales de cara a
las elecciones.