Siria prosiguió el cumplimiento del acuerdo pactado con la Liga
Árabe, pese a la decisión de esta de sancionarla, en tanto millones
de sirios vuelven a las calles en repudio contra la intromisión
extranjera y en apoyo al gobierno.
Tras la liberación de un grupo de 912 detenidos en las revueltas
de marzo a agosto, suman ya dos mil 645 los liberados que no hayan
tenido comisión de crímenes de sangre, luego de la salida de 553 el
5 de noviembre y otros mil 180 el 15 de ese mes, reporta Prensa
Latina.
Hoy la plaza de Saba a Bharat en el centro de Damasco vuelve a
ser escenario de otra multitudinaria manifestación de condena a las
decisiones de la Liga Árabe y en rechazo al hostigamiento foráneo, y
en respaldo al presidente Bashar al-Assad.
Desde el miércoles masivas multitudes se vienen reuniendo en las
principales plazas de ciudades y poblados en las 14 provincias del
país.
Prensa Latina constató como sepelios de dos miembros del Ejército
y el de un niño asesinado por una banda armada terrorista en
pequeños pueblos, como al-Rabiaa y Kafr Behoum, se convirtieron en
manifestaciones contra la violencia de los grupos extremistas
pertrechados y financiados desde el exterior y de apoyo al gobierno.
La madre del menor Sari Saoud, de nueve años, ultimado de un
balazo en Bayyada, Homs, condeno a los gobiernos extranjeros que
arman a las bandas en Siria y los responsabilizó por la muerte del
pequeño.
No podrán romper la unidad del pueblo sirio, ni sembrar el odio
ni la animadversión entre las diferentes religiones , exclamó ante
un grupo de periodistas extranjeros que visitó ese pequeño pueblo de
unos dos mil 300 habitantes en Hama, en el centro del país.
A su vez, las manifestaciones se convierten en llamados de apego
a la unidad nacional y de respaldo a las decisiones independientes
del país, como el programa de reformas integrales.
Las manifestaciones en los tres últimos días han tenido lugar en
las ciudades portuarias de Tartous, Lattakia, en la populosa Aleppo,
en localidades de Homs, Hama y en Deir Ezzur.
Entrevistado por la televisión nacional, el sacerdote Elias Wadhi,
de la Diócesis Católica Romana de Tartous, expresó que ante el
endurecimiento de la hostilidad política y económica, incluso hasta
de estados árabes considerados hermanos, el pueblo sirio ha cerrado
filas con su presidente y ha reforzado su unidad nacional.
Incluso, ya están teniendo lugar demostraciones y llamados
populares para que el gobierno endurezca la mano y envíe al Ejército
a las localidades y vecindarios donde los grupos armados están
cometiendo crímenes, secuestros, saqueos y atemorizando a la
población.
Miles de jóvenes escenificaron una sentada en Banyas frente a la
sede la Unión Juvenil Revolucionaria, y en el poblado de al-Hwash,
en Homs, la población se concentró en la plaza central para apoyar
al presidente al-Assad.
Unos 150 líderes de clanes y figuras honorables de Hasaka
realizaron una sentada de protesta contra la Liga Árabe en la plaza
de Saadallah al-Jaberi, en Aleppo, la cual fue organizada por grupos
de jóvenes y masas populares de esa populosa ciudad, la mayor de
Siria.
Sheikh Azzam Ahmad al-Fskak, jefe del clan de Albu-Salah, en
Hasaka expresó a la prensa que la conspiración extranjera se
estrellará contra la voluntad y firmeza del pueblo sirio.