A juicio por matadero clandestino y con fianza de medio millón de dólares

Para las autoridades estadounidenses, el matadero clandestino de Rudesindo "Rudy" Acosta en un terreno agrícola de Hialeah significaba un peligro para la salud de quienes iban a comprar carnes, además de la tortura innecesaria causada a los animales allí ejecutados, dice un reporte de la prensa de Miami.

El jefe de Policía de Hialeah agregó: "Lo que me preocupa es que se trata de un asunto de seguridad pública; no hay manera de determinar a qué peligros están expuestas las familias cuando consumen carne que venden estos mataderos ilegales".

Según el Miami Herald, "el lunes la jueza Mónica Gordo del Tribunal del Condado Miami-Dade fijó una fianza de 500 000 dólares para Acosta. El hombre de 57 años, no logró conseguir los 50 000 dólares necesarios para salir. Por ahora permanecerá encarcelado en el Centro de Detención del condado".

Acosta enfrenta cargos por crueldad animal en un negocio ilegal de matanza y venta de carnes de cerdo, vaca, gallina, pato y hasta buey, que operaba en un área rural de Hialeah, así como por el uso de arma de fuego. Fue arrestado el sábado después de que la policía allanó el matadero, donde la sangre y otros fluidos eran echados a la tierra.

Su abogado, Israel Encinosa, pidió a Gordo durante la audiencia que disminuyera el monto de la fianza, que caracterizó como "excesivo". La jueza rehusó.

Acosta fue arrestado junto a sus ahijados Javier Estévanez, de 43 años, y Luis Cardoza, de 24, que trabajaban como carniceros y enfrentan cargos similares. Ambos salieron el lunes en libertad bajo fianza, fijadas en 10 000 y 20 000 dólares, respectivamente, informó Zogby.

Dos niños de 14 años, también ahijados de Acosta, trabajaban como carniceros y fueron detenidos. Ambos pasaron una noche en el centro de detención juvenil del condado y al día siguiente fueron liberados y entregados a sus familias.

"El hecho que haya metido a sus dos ahijados de 14 años a participar en esa ejecución brutal no solo es ilegal, sino que le da una dimensión aún más macabra al caso", dijo a El Nuevo Herald Katherine Fernández Rundle, fiscal estatal de Miami-Dade. "Para mí esto es pura brutalidad y codicia".

La ejecución se hacía en una insalubre instalación donde tenían a más de 600 animales hacinados. Según el vocero policial, el lunes avanzaron las labores de limpieza, mientras que los animales rescatados fueron llevados a refugios en la Florida. A otros enfermos las autoridades tuvieron que sacrificarlos.

El caso de Acosta ha vuelto a poner sobre el tapete el tema de los criaderos ilegales de puercos y otros animales para consumo humano en el noroeste del condado. También pone en tela de juicio la costumbre de comprar carne en estos negocios, donde hasta sacrifican y venden carne de caballo.

La venta o compra de carne equina es ilegal en Estados Unidos.

 

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