Redimensionamiento de la Agroindustria Azucarera

Bajan los costos, mejora la organización

Nace una Organización Superior de Dirección Empresarial en sustitución de un Ministerio que desempeñaba fundamentalmente funciones empresariales; 178 unidades en el sistema azucarero se reducen a solo 26; en el tratamiento a los trabajadores se ratifica que nadie quedará desamparado

SHEYLA DELGADO GUERRA, JUAN VARELA PÉREZ Y ANNERIS IVETTE LEYVA

Hacía ya un tiempo que las moliendas de las zafras cañeras no alcanzaban a "edulcorar" como se pretendía el aporte neto a la economía nacional.

Central Jesús Rabí, de Matanzas, dará inicio a la zafra 2011-2012.

Un crítico decrecimiento de la producción de la gramínea, deficiencias en el manejo y uso de los suelos y las plantaciones, estructuras empresariales incompatibles con los resultados de la actividad, desbalance entre el personal directo e indirecto, y un desaprovechamiento de la jornada laboral, figuraban entre las causas fundamentales del incumplimiento de los planes, conllevando a que la producción de azúcar y sus derivados —energía eléctrica, alcoholes, alimento animal—, quedaran muy por debajo de las necesidades del país.

Sin embargo, la centenaria tradición de Cuba en el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar, su histórico peso como uno de nuestros rublos exportables por excelencia y la importancia de sus derivados, determinaron que desde hace varios meses se trabajara en la idea de un redimensionamiento de su sistema organizativo que impactara positivamente en la eficiencia, y que estuviera a tono con la voluntad de perfeccionar, funcional y estructuralmente, las distintas instancias de los organismos de la administración central del estado y los sistemas empresariales.

En el análisis del gobierno, se llegó a la conclusión de que el Ministerio del Azúcar (MINAZ) no cumplía prácticamente funciones estatales específicas, por lo que era factible conformar un sistema empresarial más aligerado en sus estructuras y con mayores condiciones para, a partir de un esquema cerrado de financiamiento parcial, generar las divisas necesarias que cubran sus gastos y aporten a la economía.

Coincidiendo con la necesidad de perfeccionar la estructura gubernamental y establecer claros límites entre las funciones estatales de las empresariales, en correspondencia con los lineamientos aprobados por el Sexto Congreso del Partido, se decidió entonces la extinción del MINAZ. En su lugar, se dispuso la creación de una Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) denominada Grupo Azucarero; labor que durante más de dos años se realizó en estrecha colaboración con varios organismos de la Administración Central del Estado (OACE).

REGULAR O PRODUCIR, ESA ES LA DECISIÓN

En el capítulo de Política Agroindustrial aprobado por el Sexto Congreso del Partido, hay varios lineamientos referidos a la agroindustria azucarera; entre ellos el 209, donde se establece como su objetivo primario, "incrementar de forma sostenida la producción de caña" o el 211, que orienta "lograr ingresos en divisas que permitan financiar los gastos totales de operación, más el valor de las inversiones y las reparaciones que se ejecuten, y realizar un aporte neto para el país".

Sin embargo, a modo general, les antecede uno referido a la necesidad de delimitar las funciones estatales y las empresariales en el marco de la actividad agroindustrial (Lineamiento 178).

Al cumplimiento de todos ellos van dirigidos los cambios en el sector que actualmente se anuncian.

Por ello, al valorar las causas de los problemas en la rama azucarera, se concluyó que en la actualidad el MINAZ prácticamente no ejercía funciones reguladoras, orientadoras de política, sino que se concentraba en la gestión empresarial de las entidades a su cargo. Siendo así, no tenía sentido que se mantuviera como un Organismo de la Administración Central del Estado.

Lo que en adelante será conocido como Grupo Azucarero, únicamente desarrollará funciones empresariales (como en esencia venía haciendo hasta ahora el Ministerio, pero atiborrado de estructuras innecesarias).

Las funciones generales, de producción y servicios no relacionados con la caña y sus derivados que por ley hasta ahora permanecían a su cargo, pasan a otros Organismos de la Administración Central del Estado.

Así, con la entrada en vigor del Decreto-Ley 287 que dispone la extinción del MINAZ, se traspasa esencialmente al Ministerio de la Agricultura (MINAG) lo concerniente al control, protección y desarrollo del fondo de tierra destinado fundamentalmente a la producción cañera, así como la aplicación de lo normado en cuanto a sanidad vegetal en este cultivo, y lo referido a la protección y enfrentamiento de plagas y otras enfermedades.

También el MINAG, en coordinación con el CITMA y demás organismos competentes, aplicará la política existente para la utilización de los recursos fitogenéticos y de semilla de la caña; así como orientará y verificará que se aplique lo dispuesto por el Estado en la distribución de las producciones agropecuarias del sector cooperativo y privado.

De igual forma, el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) queda responsabilizado con la distribución del encargo estatal para las producciones de caña, azúcares y derivados.

Bajo la dirección y control del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera quedan la política y estrategia de comercialización en mercados externos de estas producciones; así como lo referido al control de las inversiones de capital extranjero. Asimismo, otras funciones que ejecutaba el MINAZ, aun sin estar relacionadas directamente con la producción agroazucarera, se trasladan a los organismos que les corresponde por su ámbito de competencia.

Por ejemplo, el ferrocarril cañero se integra al sistema empresarial del Ministerio de Transporte, como órgano rector de esta actividad en el país, y la producción de materiales y brigadas constructoras se transfieren a los de los gobiernos locales y el Ministerio de la Construcción.

Así, también, lo relacionado con el servicio de electricidad en los bateyes va siendo asumido por la Industria Básica; los sistemas de acueductos y alcantarillados se traspasan al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos; la telefonía al Ministerio de las Comunicaciones; el sistema de aulas, medios y profesores al Ministerio de Educación (MINED) y al Ministerio de Educación Superior (MES); y se trabaja actualmente para pasar los servicios de ambulancia y farmacia a Salud Pública.

Ubicar estas actividades donde les corresponde no solo permite que la atención del actual Grupo empresarial se centre en su función fundamental, la concerniente a las producciones de la agroindustria azucarera; también posibilita que sobre el costo del azúcar y sus derivados no pesen los gastos por estos servicios, indicaron a Granma autoridades del sector.

Las funciones específicas de la nueva estructura, por otra parte, quedan definidas en el Decreto 294 del Consejo de Ministros, mediante el cual se crea el Grupo Azucarero como Organización Superior de Dirección Empresarial, subordinada al Consejo de Ministros, órgano que designa a su Presidente.

En primer lugar, el Grupo Azucarero debe orientar, dirigir y controlar la producción agrícola cañera y agropecuaria de las entidades que se le subordinan y proyectar su desarrollo, priorizando el balance de áreas y el acercamiento a los centrales, la producción de semillas, la composición de cepas de caña y su manejo científico, el incremento de los niveles de riego y los suministros oportunos.

Además, se ocupará de la producción de azúcares y derivados en la agroindustria, rescatando la disciplina tecnológica y su calidad exportable.

El Grupo empresarial velará por las diferentes actividades de mecanización en este sector, y el desarrollo de nuevas tecnologías en equipos e implementos que optimicen el rendimiento, así como de los servicios que formen parte del sistema de apoyo a estas producciones (industriales, agrotécnicos, de automatización e informáticos).

Dirigirá además la política económica y financiera aprobada para esta agroindustria —encaminada a estimular prioritariamente la producción cañero-azucarera—, y la relacionada con su modernización, en el interés de disminuir costos y aumentar la calidad de las producciones.

Distribuirá los bienes y servicios vinculados con la caña, azúcares y derivados en interés del pedido estatal, y orientará las interrelaciones de las entidades subordinadas con los productores asociados (CPA, UBPC, CCS y otros).

Participará en la distribución de los recursos derivados del presupuesto y velará por su ejecución. Asimismo, el Grupo resolverá las discrepancias que en el orden de las relaciones contractuales puedan surgir entre las empresas que lo conforman.

REACOMODO NECESARIO

Con un total de 178 entidades —integradas en lo fundamental por un ministerio, 18 grupos empresariales, 151 empresas y tres unidades presupuestadas— la estructura que hasta el momento tenía el MINAZ resultaba insostenible.

Las propias variaciones de los precios y calidad del azúcar a escala global, junto a la dinámica e impacto de los cambios en torno a los sistemas empresariales, obligaron a rediseñar dicha estructura. Según datos suministrados a Granma por autoridades del sector, a finales del 2009, alrededor del 30 % de sus unidades eran ineficientes.

Entre las reformas de mayor urgencia se valoró la reestructuración inmediata del modo en que se encontraba organizada la base productiva respecto a las unidades de mayor eficiencia; de ahí que de las 932 existentes en el 2010, al culminar el primer semestre del año en curso cerraron balance con vista a mantenerse 814.

También, en la zafra 2010-2011, se aprobó un incremento del precio de acopio de la caña relacionado con el del azúcar en el mercado internacional. Primeramente subió de 50.90 pesos por tonelada a 95, tomando como base un valor para la libra de azúcar en el mercado externo que en cifras equivalentes no superara los 20 centavos de dólar. Luego, al concluir la zafra, y venderse el azúcar a un precio superior, se terminó pagando la tonelada de caña a 104 pesos.

Lo anterior se relaciona con el Lineamiento 210 aprobado por el Sexto Congreso del Partido, el cual estipula que "en la formación de los precios de compra de la caña a los productores se deberá tener en cuenta el comportamiento del precio del azúcar en el mercado internacional, logrando además que resulte estimulante con relación al resto de los cultivos, para asegurar el incremento de la producción cañera y el aumento de los ingresos de los trabajadores vinculados con esta actividad".

Posteriormente, se renegociaron las deudas acumuladas por los productores y las entidades estatales, monto a pagar en un plazo de 20 años a partir de un impuesto del 5 % sobre las ventas de caña y la comercialización de azúcar liberada.

Otro cambio sustancial aprobado fue el relacionado con la concentración de los centrales azucareros, los cuales quedan reagrupados en 13 empresas provinciales —con la consiguiente extinción de igual número de grupos empresariales— y 12 empresas de servicios técnicos a ese mismo nivel.

Se requirió, además, reducir el número de centrales existentes, en función de distribuir de manera más racional los recursos destinados a la zafra. Este hecho ha llevado a mantener activos 56 centrales.

Se paralizan Cuba Libre, Abraham Lincoln, Cándido González, Chile y Manuel Támez, que ya prácticamente no producían. Aquellos que permanecen activos son los de mejores condiciones y tienen reservas industriales para procesar más caña de la que se dispone.

Los que se mantienen, funcionarán como unidades empresariales de base (UEB) de las empresas provinciales conformadas como resultado de la reestructuración. Las UEB, creadas con el propósito de organizar los procesos de producción de bienes y servicios, no cuentan con personalidad jurídica propia, pero actúan con independencia relativa, al tener autonomía controlada en su gestión económica corriente.

Una cuestión vital en este reordenamiento la constituye la descentralización, como vía para aligerar estructuras y eliminar trámites burocráticos que más que aportar, obstaculizaban. Además de la racionalización de los recursos, esta medida permite acortar las distancias administrativas y facilitar las gestiones de dirección. La nueva estructura, asimismo, permitirá afianzar la responsabilidad contractual entre empresarios.

En lo productivo, posibilitará una mejor organización, reducirá costos y, sobre todo, potenciará la productividad; lo cual llevará a generar el monto de divisas necesario para el autofinanciamiento de la industria y la contribución a la economía del país.

En lo concerniente a la actividad de apoyo, se decidió fusionar los 5 grupos empresariales que contenían 56 empresas subordinadas, los cuales se convirtieron en 4 entidades destinadas a la prestación de servicios.

¿Cómo queda finalmente conformada la nueva organización empresarial?

De las 178 unidades que existían en el sistema azucarero —incluido el propio ministerio—, el Grupo queda constituido por las siguientes 26 entidades:

· 1 Grupo empresarial,

· 22 empresas, de ellas: 13 azucareras distribuidas en todas las provincias del país, excepto en Pinar del Río y La Habana, y 9 entre las de apoyo y servicios,

· 3 unidades presupuestadas, integradas por 2 institutos de investigación y 1 centro de capacitación. Estos son: el Instituto Nacional de Investigaciones de la Caña de Azúcar (INICA), el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA) y el Centro Nacional de Capacitación Azucarera (CNCA). En estas, según declaraciones a nuestro diario de los funcionarios del Grupo Azucarero, también se buscaría un modo para lograr su autofinanciamiento en el futuro.

Si bien en los últimos años ha existido un decrecimiento en la producción de azúcar y se han constatado determinadas deficiencias, a esta agroindustria no se le resta importancia en el entorno de la economía nacional. Para asegurar su desarrollo futuro, se reestructura y revitaliza.

Para ello, el país sabe que cuenta con los trabajadores del sector, quienes durante varias décadas han aportado beneficios incalculables a la economía nacional y, además, a nuestras luchas e idiosincrasia.

FORTALECER LA BASE PRODUCTIVA

La Tarea Álvaro Reynoso, que comenzó oficialmente en abril del 2002, también persiguió incrementar la eficiencia en el sector azucarero por la vía del reordenamiento de sus estructuras. Teniendo en cuenta que muchos de sus objetivos no están cumplidos en la actualidad —como promediar nacionalmente un 12 % en el rendimiento industrial y lograr 53 toneladas de caña por hectárea—, se decidió un nuevo reordenamiento de la agroindustria azucarera, llevarla a una etapa de desarrollo superior y dotarla de características económicas, técnicas y productivas más idóneas para enfrentar con éxito las demandas de un mercado cada vez más competitivo.

A consecuencia de ello hoy, cuando el sector aligera las estructuras de la agroindustria y conforma un fuerte sistema empresarial, la Revolución garantiza no dejar desamparado a ningún trabajador.

¿Cómo asegurar el proceso de lograr más con menos?

Es conocido que la producción azucarera constituye uno de los pilares básicos de las exportaciones del país y de su seguridad alimentaria. Corresponde a partir de ahora a su Organización Superior de Dirección Empresarial solucionar el punto crítico principal: el decrecimiento cañero, afectado por el clima y otros eventos naturales, pero también por manejos desacertados.

Aunque parcialmente hay signos de cierta mejoría, no hay duda de que con los recursos y medios disponibles puede lograrse mucho más.

Para ello se aprobó la reducción del aparato administrativo que, por lo general, rebasaba las necesidades y hacía más costosa e inoperante la gestión. En diciembre del 2010 se inició el proceso de reordenamiento laboral —que aún no ha concluido— y como parte del cual el 45 % de los trabajadores implicados ya se reubicaron. Este proceso ha sido ampliamente discutido y colegiado con la base y el Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros, aseguró a Granma Lourdes Castellanos, autoridad del sector.

En este sentido, se tiene en cuenta lo expuesto por el General de Ejército Raúl Castro en la reunión del Consejo de Ministros del pasado septiembre, donde dijo que no podía olvidarse que el sector azucarero aglutina a una de las fuerzas obreras más revolucionarias que tuvo el país en el capitalismo. Y ya que como tal siguen destacándose, el tratamiento que se les dé en medio de este reordenamiento debe caracterizarse por su justeza y protección.

A los trabajadores implicados en el redimensionamiento de la agroindustria azucarera, se les aplica la política vigente en el país en esta materia, recogida en la Resolución número 35 del 2010, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en cuya esencia se ratifica el no dejar a nadie desamparado.

A estos trabajadores se les ofrecen propuestas de reubicación y en el caso de no conseguir este objetivo inmediatamente, se les paga la garantía salarial prevista en estos casos.

Como resultado de tales acciones, la reubicación de cuadros, especialistas y personal técnico experimentado, hará posible aprovechar mejor la preparación y calificación de quienes hasta ahora dedicaban su tiempo a tareas fragmentadas o de menor utilidad. Incluso otros sectores, con carencias de ese tipo de fuerza, serán beneficiados al recibir parte de ella.

Sobre este punto se coincide en la importancia de contar con una eficiente gestión de los recursos humanos, que originen un alto nivel de motivación y sentido de pertenencia, y en propiciar una satisfacción creciente de las necesidades sociales, materiales, profesionales y espirituales de los trabajadores y sus familias.

Esto fortalecerá a las Empresas Azucareras y a los centrales constituidos en Unidades Empresariales Básicas. También, la optimización de los recursos humanos propiciará una mejor atención a los productores agropecuarios por parte de los cuadros procedentes de las estructuras intermedias.

La medida, además, contribuirá a la disminución del personal indirecto e impactará positivamente en los índices de productividad.

Entre las ventajas cualitativas aparecen: lograr el compromiso mayor con la producción fundamental, elevar la atención técnica y especializada a las unidades, darles un uso más racional a equipos y maquinarias, concentrarse en los rendimientos cañeros y acercar la dirección a la base productiva.

La nueva estructura reduce la plantilla, y por consiguiente, el gasto de salario total y los generales de administración. Su "consecuencia" más palpable estará relacionada con la obtención de utilidades.

A partir de ejecutarse esta propuesta, el Estado dejará de financiar la estructura de dirección del Ministerio, y la proyección de gastos de la nueva organización será asumida por los aportes que realicen las empresas que la integran. Con esta propuesta se proyecta lograr para el próximo año utilidades por alrededor de 120 millones de pesos y reducir los gastos de administración en un 55 %.

Empeños como este requieren de un sistemático programa de revisión para evaluar sus resultados. Por eso, al terminar la zafra del 2012, ahora en fase de preparación estos serán examinados.

Según establece el Decreto 294 en sus disposiciones finales, en septiembre del 2012 el Ministerio de Economía y Planificación informará a instancias gubernamentales los resultados de su implementación; así como los titulares de los ministerios que recibieron funciones del extinto MINAZ notificarán sobre el cumplimiento de estas. El Presidente del Grupo, por su parte, ofrecerá detalles sobre la marcha de la experiencia. Será el botón de muestra para saber cómo andan las cosas.

ASEGURAMIENTOS PARA LA ZAFRA

Las transformaciones en la agroindustria azucarera se han acompañado de un sistemático trabajo para iniciar en óptimas condiciones la próxima zafra. Hasta el cierre de octubre, se había recibido el 98 % de los suministros de importación y el 2 % restante arribará al país antes de que culmine noviembre, informaron fuentes del sector.

En cuanto a los procedentes de la producción nacional —más complejos porque requieren de la importación de insumos—, está listo el 96 %. Cuatro empresas del SIME (las fábricas 26 de Julio, la de Discos y Cuchillas, y la LX Aniversario de la Revolución de Octubre, así como la Empresa AUTOPARTE) trabajan sostenidamente para concluir sus compromisos en noviembre; aquellas que no comprometen el inicio de la zafra, terminarán en diciembre.

Se ha podido comprobar que los suministros básicos de la maquinaria y el transporte —neumáticos y baterías— se encuentran en su totalidad en los almacenes provinciales, algo que no se había podido lograr en muchos años.

Una mirada hacia el futuro prevé que, en octubre del 2012, pueda quedar actualizada la proyección de desarrollo en el sector azucarero hasta el 2020.

El fin perseguido con el actual paso, cualitativamente superior, será el de convertir los contratiempos en desafíos y estos en eficacia; lo cual se traducirá en mayores aportes a la producción nacional.

 

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