Cinco años tomó a la galería organizar la muestra, pues los
propietarios públicos y privados de las obras raramente las prestan
para su exhibición fuera de sus respectivos ámbitos.
La propia National Gallery poseía en sus fondos La
Virgen de las rocas y Tobías y el ángel, este último
atribuido a Leonardo recientemente. Pero los aportes del parisino
Louvre, el Ermitage de San Petersburgo y la Colección Czartoryski,
de la ciudad polaca de Cracovia, cuya perla de la corona es el
cuadro La dama de armiño, hacen que el espectador tenga una
idea lo más integral posible de la impronta leonardiana en la
pintura.
Otro singular valor añadido a la muestra consiste en que por
primera vez se exhiben al público 33 bocetos y apuntes de Da Vinci
pertenecientes a la Reina de Inglaterra. (SE)