JULIO MARTÍNEZ MOLINA

En su Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) hablan maravillas de ella; le dicen al visitante que hay que ir a ver a esta productora cienfueguera de carne de cerdo, por su empeño traducido en notables resultados.

Margelis dedica su jornada a bañar los animales, prepararles sus tres comidas diarias y limpiar los corrales.

Y los halagos no son en balde, porque Margelis Montero Durán resulta un modelo de eficiencia en la producción de dicho renglón, por su constancia, deseos de hacer y logros en periodo no superior a los dos años.

Usufructuaria en virtud del Decreto Ley 259 junto a su esposo Manuel Urra Carmona, la campesina cienfueguera de la CCS Pedro Filgueiras posee en la actualidad 250 cerdos, comprados por intermedio de su entidad a los 36 días.

"Recibimos este lote de destete con poco más de 70 libras y los engordaremos hasta las 200. Exactamente 198 libras fue el promedio del peso de los animales que en julio nos dieron para entregar 20 toneladas".

Ya antes, en febrero, habían aportado diez toneladas. La próxima entrega planificada para el mes de diciembre —refiere la agricultora-— andará por las 28.

Solo por la carne vendida en julio, ella y su pareja recibieron (tras el descuento del 8 % destinado a la Cooperativa) algo más de 361 000 pesos.

Margelis se lo gana centavo a centavo. Mucho más vale consagrarse 24 horas, de lunes a domingo, a la atención permanente de los cerdos, cuyos corrales ubicaron en el traspatio de la casa. También allí crecen hortalizas y otros cultivos, pero básicamente para la alimentación familiar.

Ella dedica su jornada íntegra "a bañar los animales, prepararles sus tres comidas diarias, limpiar los corrales". Además, los cura de enfermedades, gracias a sus conocimientos de veterinaria, comenta su esposo. Y parece que es bien efectiva, pues en los últimos tiempos solamente se perdió un ejemplar.

Ella le "cogió el golpe" al duro oficio. "Primero teníamos un convenio para la cría de reproductoras, luego lo modificamos para preceba y destete. Me siento más a gusto ahora, pues aprecio el resultado del esfuerzo cada día, al comprobar cómo crecen los cerdos y con ello nuestro aporte a la alimentación del pueblo".

Ella es incansable, aunque además de su pareja, halla ayuda en el asalariado Yanier García Durán.