Estados Unidos aboga por prolongar uso de
bomba de racimos

GINEBRA, 14 de noviembre.— Estados Unidos puso en marcha una ofensiva diplomática para que se permita la producción, almacenamiento y uso de municiones de racimo hasta el 2018, al abrir hoy la cuarta Conferencia de Revisión de la Convención sobre Armas Convencionales de la ONU.

Al abrirse giran y dispersan un gran número de submuniciones que matan o mutilan cada año a miles de personas.

La Conferencia, que estará reunida dos semanas en Ginebra, está dividida en dos bandos enfrentados: el que defiende una prohibición inmediata y total de estas armas, y el que aboga por destruir primero los arsenales anteriores a 1980 y establecer una prórroga para los más modernos antes de su eventual erradicación, encabezado por Washington.

El primero de los bandos lo integran las 111 naciones firmantes de la Convención de Oslo, que entró en vigor en el 2010 y que prohíbe la producción, el almacenamiento, y el uso de estas armas, que matan y mutilan miles de personas, un tercio de ellas menores. En contraste, Washington propone un protocolo que implique destruir las municiones de racimo fabricadas antes de 1980, lo que en el caso estadounidense supondría eliminar dos millones de artefactos (con 100 millones de submuniciones), es decir, solo una tercera parte de su arsenal, reporta EFE.

Ese proyecto de protocolo se contrapone a la Convención en lugar de ser un texto complementario a ese tratado, explicó Lou Maresca, asesor legal de la división de armas del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Entre las bombas de racimo más peligrosas están la Munición de Efectos Combinados BLU-97, muy usada en Iraq y Afganistán por la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

 

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