Mientras visitaba diferentes países del continente asiático, el
secretario de Defensa de Estados Unidos, León Panetta, destacó la
"importancia" de la presencia militar norteamericana en ese
territorio y felicitó a sus hombres por el trabajo de "pacificación"
que allí desarrollan.
El exdirector de la CIA —quien asumió su actual cargo apenas en
julio pasado, en sustitución de Robert Gates— aseguró a los aliados
de Washington que su ejército conservará una postura firme en el
Pacífico, pese a los recortes en el presupuesto de Defensa para los
próximos diez años. "Vamos no solo a mantener, sino a reforzar
nuestra presencia en esta parte del mundo", subrayó a Kyodo el
funcionario de la Casa Blanca.
Panetta tildó a la República Popular Democrática de Corea de ser
una "amenaza seria" y ratificó su determinación de continuar
presionándola —con el apoyo de Seúl— para que cumpla "el compromiso
de eliminación de su programa nuclear". Incluso, instó a China a
tomar cartas en el asunto.
El país norteño dispone en la actualidad de unos 85 000 militares
en la región del Pacífico. Sólo en Japón concentra alrededor de 47
000 efectivos, y en Corea del Sur unos 28 000. Sin embargo, estas
cifras no incluyen los soldados dispersos en otros países de la zona
como Paquistán y Afganistán.
Al respecto, el sitio digital All Gov.com publicó que en
la década pasada Estados Unidos sobrepasó los límites en gastos
militares: invirtió un millón de millones de dólares en rifles de
largo alcance, vehículos blindados, aviones no tripulados,
destructores, buques anfibios y submarinos nucleares; obviando
entonces el déficit fiscal y la ingente crisis económica.
El 22 % de ese monto, no obstante, salió de las partidas
congresionales destinadas a financiar las guerras de Iraq y
Afganistán, y no de los presupuestos propios del Pentágono, indicó
la fuente.
Se sabe que tras los sucesos del 11 de septiembre del 2001, el
Congreso norteamericano aprobó astronómicos créditos adicionales
para sustentar los planes guerreristas de las administraciones de
George W. Bush y Barack Obama, bajo la denominada "lucha global
contra el terrorismo". De hecho —añade la citada publicación—, solo
en el 2010, el Premio Nobel de la Paz desembolsó 4 000 millones de
dólares para comprar unas 25 aeronaves, a un costo promedio de 160
millones el ejemplar.
Otro dato significativo mencionado por All Gov.com
recuerda que, durante el anterior periodo fiscal, la primera
economía del mundo registró un déficit de un millón de millones 290
mil millones de dólares. El mayor en la historia del país, según
manifestó en octubre el Departamento del Tesoro estadounidense.
Un reporte de la Oficina del Censo de Washington dio a conocer,
además, que durante el 2010 se registraron 49,1 millones de
norteamericanos viviendo en la pobreza. ¿Contrastante no? Mientras
la Secretaría de Defensa estadounidense se desgasta en desplegar
militares alrededor de todo el planeta en su histórico afán
imperialista, millones de familias en bancarrota pierden sus hogares
y empleos a lo largo del país.
Lejos de tomar conciencia al respecto, la Casa Blanca contempla
un "leve" aumento en los gastos de defensa. El conjunto del
presupuesto del Pentágono y los gastos relacionados con los
militares suman para el ejercicio fiscal 2012 un total de 728 400
millones de dólares.
Las declaraciones de Panetta durante su gira por Asia demuestran
—una vez más— que las prioridades de Obama se corresponden con las
necesidades del sistema capitalista: Estados Unidos necesita de las
guerras para sobrevivir a la crisis.