La Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) finaliza este viernes en
Cannes marcada por la crisis griega, la baja expectativa de
crecimiento para los países industrializados y la ausencia de
acuerdos sobre temas de interés mundial, indicó Prensa Latina.
Sin estar previsto, el tema griego alteró la agenda desde el
primer momento por el anuncio de Atenas de someter a escrutinio
público el plan de rescate impuesto por la eurozona, que obliga a
nuevos y grandes sacrificios a su población.
Las intensas presiones de sus socios obligaron al primer ministro
Giorgos Papandreu a suspender el referendo, quien pudiera renunciar
a su cargo, a menos que logre un apoyo decisivo en el senado.
Este vienes los jefes de Estado y de gobierno retomarán su
programa, matizado por un sombrío panorama en cuanto a las
posibilidades de crecimiento en un corto plazo.
Las perspectivas para 2012 indican que la Unión Europea en su
conjunto apenas logrará el 1,4 por ciento de incremento en su
economía, Estados Unidos rondará 1,8 (revisado a la baja esta semana
por la Reserva Federal) y Canadá 1,9.
Al contrario, los países emergentes disfrutan un panorama más
optimista, encabezados por China, cuya alza será de nueve puntos,
India con 7,5, Argentina tendrá el 4,6, Rusia 4,0 y Brasil 3,6 por
ciento, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional.
Si bien se espera un comunicado final por la tarde plagado de
citas y llamados al crecimiento mundial y la tranquilidad de los
mercados, el tiempo dedicado a la crisis financiera y la deuda
europea impidió tratar a fondo temas de interés global.
Cuestiones como los montos de la ayuda al desarrollo en los
países pobres, la práctica de un comercio más justo y equitativo y
la reestructuración del sistema financiero mundial prácticamente
quedaron al margen.
Así lo reclamó la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien
recordó que desde el inicio de la crisis, en 2007, se han dedicado
miles de millones de dólares en hallar una solución aún
inalcanzable, en lugar de invertirlos en la economía real.
Tampoco se avanzó en crear un impuesto a las transacciones
financieras para dedicarlo al crecimiento de las economías pequeñas,
como demanda el movimiento antiglobalización que realizó en Niza una
Cumbre de los Pueblos, alternativa a la del G-20.
Concebida para exhibir la supuesta fortaleza de la Unión Europea
y su moneda única, la Cumbre puede finalizar como una muestra de las
grandes contradicciones sistémicas y de las distintas concepciones
sobre desarrollo existentes entre el norte y el sur.