Sobre ello, pocos meses atrás, había comentado a Yolanda Wood,
directora del Centro de Estudios del Caribe de la institución y
organizadora del coloquio, cuando ambas coincidieron junto al autor
de esta nota en el IV Foro de Afrodescendientes en Caracas: "Si voy
a La Habana es por el Che Guevara, por esa relación tan especial que
tuvo con el pensamiento de mi padre".
A pesar de que, por razones de agenda, Mireille permaneció apenas
dos días en la capital cubana, pudo visitar el Centro de estudios
Che Guevara y departir con Aleida March y Camilo Guevara. Se sabe
que el Che leyó con fervor Los condenados de la tierra,
ensayo traducido y publicado en Cuba en los tempranos 60.
Pero la mayor sorpresa fue descubrir que entre los asuntos
pendientes que dejó el comandante guerrillero antes de cumplir el
último trayecto de su itinerario internacionalista, estaba la
indicación de traducir el texto de Fanon Pour la revolution
africaine. "Sentí en ese momento que el Che tenía tantas cosas
que decirme sobre mi padre".
En una esclarecedora ponencia, el sociólogo cubano Aurelio Alonso
había tratado los vínculos entre el héroe de la batalla de Santa
Clara y el combatiente antillano comprometido con la liberación
argelina: "En ambos luchadores, Fanon y el Che, el concepto de
hombre nuevo identifica la convicción de que la dimensión humana
tenía que presidir cualquier ruta de transformación efectiva hacia
un mundo mejor".
Al Coloquio, Mireille aportó una grabación de la conferencia de
Fanon Racismo y cultura, cuya audición conmovió a los
participantes. Ella misma intervino para defender la vigencia del
pensamiento de su padre en términos distantes de la nostalgia por
tiempos pretéritos. "Fanon —recordó— se rebeló contra la dominación
en su tiempo y nos ilumina hoy sobre el derecho a la rebelión contra
la colonización de otro tipo, en este tiempo nuestro".
Casa de las Américas puso a circular nuevamente Los condenados
de la tierra, con un prólogo especialmente escrito por el
sociólogo puertorriqueño Agustín Lao Montes, el prefacio de Jean
Paul Sartre a la edición príncipe, y el artículo publicado en 1965
por Roberto Fernández Retamar en la revista de la institución bajo
el título Fanon y América Latina.
Fue justamente Fernández Retamar quien con una frase resumió el
sentido del coloquio: "Fanon es un pensador del futuro".