El interés por promover políticas públicas contra la
discriminación centró los debates de la recién finalizada Cumbre
Mundial de la Juventud Afrodescendiente, que tuvo su sede en Costa
Rica.
La declaración final del cónclave recoge en 23 puntos los retos y
las expectativas de los descendientes de africanos, quienes aún
enfrentan una histórica marginación expresada en la pobreza, la
exclusión y la discriminación racial.
Marcela Suazo, directora regional para América Latina y el Caribe
del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), afirmó que urge
la incorporación de estos jóvenes en las políticas públicas de la
región y en espacios internacionales.
Al respecto, el documento que puso fin a la reunión de Costa
Rica, exige a los Estados otorgar recursos técnicos y financieros
para la efectiva implementación de políticas públicas y acciones
afirmativas que contribuyan al desarrollo integral con identidad de
los afrodescendientes.
Asimismo exhorta a los Gobiernos, a la comunidad internacional y
al movimiento afrodescendiente a diseñar e implementar estrategias
adecuadas a las necesidades y demandas de estas poblaciones en todas
las agendas y espacios de reivindicación de sus derechos.
Por otra parte, el texto condena el estado de vulnerabilidad en
que se encuentra ese segmento de la población, debido al racismo
histórico, la exclusión, la discriminación racial y las
desigualdades estructurales e institucionalizadas.
Plantea, además, promover el liderazgo de la juventud
afrodescendiente, el combate a la violencia estructural y selectiva,
en especial contra niñas, adolescentes y mujeres; el empleo juvenil
digno y el establecimiento de acciones afirmativas en las
oportunidades de trabajo en contextos nacionales, regionales e
internacionales.
La Cumbre también pidió el reconocimiento a los derechos
sexuales, teniendo en cuenta que en algunos países no hay programas
de educación al respecto y, en otros, las prácticas homosexuales son
penalizadas.
Sandra Álvarez, representante de Cuba en la cita, opinó que la
denominada Declaración de San José reconoce el importante papel
desempeñado por el movimiento social afrodescendiente a nivel
internacional, regional, nacional y comunitario.
De igual modo señaló que, en muchos países, la discriminación se
ha traducido en la ausencia de un proyecto de vida digna, desarrollo
y seguridad humana, lo cual repercute en un cotidiano de violencia y
violaciones silenciosas y sistemáticas de los derechos humanos.
La población de América Latina pasó de 166 millones de personas
en 1950 a 513 millones en 2000, y se espera que sea de más de 800
millones en 2050.
El 20 por ciento de esa población está formada por
afrodescendientes, que en su mayoría carece de empleos, de ingresos
permanentes, y no dispone de servicios básicos de agua potable,
electricidad, ni beneficios educativos.
Según el Fondo de Naciones Unidad para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), mil millones de personas mueren en el mundo de
hambre y 40 por ciento de ellos son africanos y sus descendientes.
La hondureña Natalie Forbes consideró que dentro de la agenda
hubo un desligamiento del objetivo principal de la cita y la
realidad juvenil, pese a lo cual se logró crear una cadena de
contactos para fortalecer la unión a nivel global .
La Cumbre se celebró del 5 al 7 de octubre en la nación
centroamericana, en el contexto del Año Internacional de los
Afrodescendientes, designado así por la Organización de Naciones
Unidas (ONU).
En ella participaron 150 representantes de 40 países y fue
auspiciada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos
Humanos, el Fondo de Naciones Unidas para la Población, el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Gobierno de Costa
Rica y empresas privadas.
El encuentro sucedió a la I Cumbre Mundial de Afrodescendientes,
celebrada en agosto en la paradisíaca ciudad hondureña de La Ceiba,
habitada por garífunas hace más de dos siglos.
La reunión de Honduras contó con la presencia de más de mil
representantes de 70 países, quienes exigieron poner fin a la
discriminación racial y reparar los daños ancestrales provocados a
las comunidades de descendientes africanos.
En tanto, la segunda cumbre de los jóvenes afrodescendientes se
celebrará en 2014, y se prevé sea en Colombia, aunque esa sede aún
no ha sido confirmada.
Periodista de la Redacción Centroamérica y Caribe de Prensa
Latina.