Estos campos plantados a mediados del 2010 aumentarán su
rendimiento por hectárea en los próximos meses, en la medida en que
incrementen su edad. No obstante, los especialistas estiman que el
resultado de la etapa inicial refleja la calidad en todo el proceso.
Hasta la fecha están sembradas 62 de las 85 hectáreas que deben
tenerse, según el plan, al cierre del año y las restantes se
encuentran en las diferentes fases de preparación.
El programa contempla 400 hectáreas para el 2012, lo cual
demandará 200 000 posturas de naranja, toronja y limón. De ellas
están garantizadas ya 70 000 y no se prevén dificultades para
completar las exigencias del plan.
Los trabajadores de Ceiba desarrollan hoy lo que el citrícola
Ernesto Martínez González califica como una nueva etapa en su
historia. Cierto que la enfermedad, apunta, aniquiló 40 años de
trabajo y de recursos invertidos pero el personal prefiere "mirar
hacia delante y utilizar al máximo los recursos disponibles hasta
alcanzar en el 2015 las 3 000 hectáreas".
La experiencia y los conocimientos adquiridos por dirigentes y
trabajadores los pone en mejores condiciones de enfrentar esta
bacteria oriunda del continente asiático, que ataca silenciosa y
progresivamente las plantas.
De acertada considera Martínez González la estrategia seguida por
la empresa de realizar las nuevas siembras en bloques, lo más
alejadas posible del macizo enfermo. Además de cumplirse lo
orientado por los técnicos, entre ambos bloques existe algo parecido
a un bosque que hace las veces de barrera natural.
Tras la demolición de los cítricos enfermos, los suelos
estuvieron un año de reposo y recibieron la preparación adecuada.
Las posturas que se les destinaron proceden de viveros de alta
tecnología.
Con la técnica empleada, el riego y la fertilización, lo que
ahora se fomenta debe dar en los primeros años un rendimiento
cercano a 15 toneladas por hectárea.
Ceiba debe suministrar cítricos para fines industriales y otros
destinos. De nuevo la naranja, con el 70 % del área, será la
predominante, y el resto se lo distribuyen a partes iguales la
toronja y el limón.