Un nuevo insumo para Hormigón y Terrazo

Livia Rodríguez Delis

En medio de un periodo de reorganización del trabajo, la Empresa de Hormigón y Terrazo (HORTER), de La Habana, inició el año en un proceso de reanimación económica y financiera.

Fotos: Yaimí RaveloYa forman parte del pasado los altos volúmenes de inventario en bloques y mosaicos, fundamentalmente, que experimentó la empresa en los primeros meses del año.

Esta entidad, escogida en la Sexta Comprobación del Control Interno, efectuada el presente año por la Contraloría General de la República, no pudo librarse de la evaluación de deficiente, porque sus problemas, aun cuando estaban identificados, persistían, eran representativos y afectaban los objetivos de control.

Conformada por una oficina central y ocho unidades empresariales de base —de ellas ocho productivas y una de aseguramiento logístico—, la empresa presentaba deficiencias económicas debido a multas impuestas por la Oficina Nacional de la Administración Tributaria, a causa de incumplimientos originados por la crítica situación financiera al cierre de ese año y principios de enero del 2011.

También contaba con saldos envejecidos en cuentas por cobrar y pagar, siendo los más significativos los de cobros anticipados por más de 90 días, lo cual representaba el 80 % de la cuenta.

Además de los bloques, los mosaicos son otras de las producciones más demandadas de la empresa; un trabajo que se realiza de manera manual.

Además, tenía pendientes de aprobación por parte del Ministerio de la Construcción (MICONS) cuatro expedientes de traspasos hacia otras empresas de activos fijos tangibles (inmuebles, muebles y equipos) —tres de ellos del año 2007—, así como una cuenta para inversión de materiales, paralizada desde hace 15 años.

Hanoi Novoa Lufriu, auditora jefa del grupo encargado de la acción de control, mencionó entre las causas relacionadas con las deficiencias, medidas de índole organizativa como cambios en el consejo de dirección, y otras de reordenamiento dictadas por las instancias superiores, cuya aprobación no dependían de la entidad.

Control y seguimiento

Desde que el actual director general, José Israel Martínez Mendoza, se graduó de ingeniero, ha tenido toda una trayectoria de 14 años en esa empresa, hasta que asumió hace poco más de un año la dirección general de Hormigón y Terrazo.

Desde el punto de vista de dirección implementa un nuevo concepto basado en "madurar" el sentido de responsabilidad entre sus cuadros, en utilizar el conocimiento de sus funciones desde donde comienza el problema y hasta donde termina, y en cuál es la incidencia de un director en la base.

Con el apoyo de sus técnicos y trabajadores, arrancó la entidad con los planes globales de producción mercantil, física y del presupuesto de gastos e ingresos desagregados en las UEB, así como la utilidad que cada una de ellas debe tributar a nivel de empresa; un trabajo que nunca se había hecho.

Tras los resultados de la auditoría, precisó, se han depurado las responsabilidades, fueron elaboradas acciones para resolver los problemas detectados y se creó un plan de medidas, que incluye controles internos a cada Unidad Empresarial de Base, "los cuales tienen que estar planificados y ejecutarse periódicamente".

Asimismo ya se encuentran actualizadas las fichas de costos, en sustitución de las obsoletas, que no reflejaban los cambios salariales en el país, el encarecimiento de las materias primas y los precios actuales de los portadores energéticos, entre otras variables.

El resultado derivó en la eliminación de pérdidas y en el cumplimiento de los planes de producción físico y mercantil, lo que posibilitó, desde el primero de junio, el pago por concepto de perfeccionamiento empresarial a los trabajadores de las unidades de base Rogelio Paredes, de mosaicos; la Juan Domínguez Díaz, de abrasivos; la oficina central de la empresa y la unidad de logística Ciro Redondo; algo que no estaba contemplado en el salario.

También se logró implementar el pago en divisas al ciento por ciento de los trabajadores, lo cual estaba engavetado hacía siete años, precisó.

"Ahora todos los trabajadores son informados periódicamente sobre cómo va la producción, los indicadores económicos y financieros, para que sepan cómo pueden aportar en el mejoramiento de la empresa".

Esas medidas, junto con lo que hemos logrado, influyen de manera positiva en el estado anímico y el sentido de pertenencia de los trabajadores, lo cual es imprescindible para acometer con eficacia las producciones, demostrado con utilidades de más del 100 % al cierre del presente periodo.

La meta: recuperar la categoría de líder en el sector. Pero para ello hay que seguir controlando.

 

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