La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
(ALBA), constituida hace siete años bajo el precepto de la equidad
comercial, avanza hoy con éxito a pesar de enormes retos, según
criterios de varias personalidades.
Economistas, sociólogos, politólogos y otros profesionales
coinciden en que los integrantes del ALBA enfrentan mejor la actual
crisis económica global por la cohesión existente dentro del
organismo.
No importa la tendencia de pensamiento o la proyección académica
de los analistas para concordar en que por estar asociados a
proyectos sociales y no puramente comerciales, la unión hace fuerte
a los integrantes del ALBA.
Entrevistado por Prensa Latina, el académico de la Universidad
Central de Ecuador Plinio Rojas, no dudó en afirmar que aún en medio
de la crisis el ALBA no se detiene y sus programas sociales
fortalecen las economías de sus naciones miembros.
Sin embargo, advirtió que la caída de las exportaciones de
bienes, la reducción de las remesas y el decrecimiento en el flujo
de turismo internacional son elementos que influyen en los países
del ALBA.
Los resultados obtenidos hasta ahora en el 2011 indican la
necesidad de trabajar mucho más en el blindaje económico del ALBA,
en cambios estructurales que permitan fortalecer sus modelos
económicos y crear una alternativa que facilite una mayor cohesión
entre ellos, opinó.
Subrayó que la crisis que se originó a mediados del 2007 en los
centros de poder económico en Estados Unidos se encuentra aún muy
latente en occidente, y por tal motivo, dijo, es necesario que los
miembros del ALBA mantengan la unidad que han tenido en los últimos
años.
Para Abismal Zapata, de la Asociación de Economistas del país
andino, la crisis seguirá golpeando y en el caso de que el sistema
capitalista logre resolver la dimensión de la contracción económica,
algo que todo el mundo duda, no solucionará la debacle económica que
impactará el ciclo económico que concluye dentro de dos meses.
Por supuesto que los emprendimientos del ALBA también se verán
afectados en menor cuantía por la ejecución de inversiones y la
financiación de programas sociales para que los costos de la crisis
no caigan sobre los trabajadores y los pueblos, indicó.
Al respecto mencionó el reconocimiento de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) y de la Organización
Internacional del Trabajo a los esfuerzos de Venezuela, Bolivia,
Ecuador y Cuba por los éxitos en el combate contra la pobreza y la
desocupación.
Interrogado acerca de las perspectivas del ALBA, el investigador
ecuatoriano consideró que, de no haber un ataque militar que obligue
a poner los recursos en función de la defensa, o un desastre natural
de grandes proporciones que desvíe los esfuerzos económicos a la
mitigación de sus efectos, son grandes los retos para el 2012.
Entre ellos puntualizó garantizar que den resultados los
proyectos y empresas gran nacionales en las áreas de alimentos,
médico-farmacéutica, comunicaciones, investigación científica y
energía.
También calificó de imprescindible avanzar en los cambios
estructurales que permitan esos propósitos ante los choques externos
y continuar los programas sociales, que protegen a los sectores más
sensibles de la población de los efectos de la crisis.
Indicó que la experiencia histórica muestra que la integración es
una extensión de los emprendimientos que cada país haga hacia
adentro y en su proyección internacional, por lo que los problemas y
aciertos estarán reflejados en los proyectos integracionistas de los
cuales participe.
Puntualizó que por eso hoy el ALBA es muy fuerte en términos
sociales, políticos, jurídicos, porque en sus proyectos y objetivos
están presentes las revoluciones de Bolivia, Ecuador y Venezuela.
Todos estamos retados a avanzar hacia modelos económicos
productivos, eficientes, con dimensión social, energética y
alimentaria.
Destacó que el éxito del ALBA radica en que no anda por caminos
trillados ni subordinados a Washington, sino, subrayó, al empeño
conjunto y de unidad de sus miembros.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
integrada por Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, San
Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y Dominica, es la
respuesta al desarrollo por venir, sentenció.