Esa ha sido, sintetizada en números, la actuación de la selección
nacional cubana en los tres primeros desafíos de la XXXIX Copa
Mundial, una de las cuatro escuadras invictas junto a los
sorprendentes holandeses, los inspirados panameños y un equipo
canadiense apoyado en su cuerpo de lanzadores.
No es una sorpresa para nadie que Cuba haya iniciado la justa con
tan excelente desempeño. Se trabajó para eso durante meses, primero
enviando tres conjuntos diferentes a igual cantidad de eventos
internacionales, luego concentrando a los mejores, topando primero
con Puerto Rico y, ya confeccionado el elenco, chocó con Panamá y
Venezuela.
Muy distinto ha sido el derrotero de otros. Australia llegó aquí
en tres vuelos distintos, pues sus peloteros andaban por diferentes
ciudades norteamericanas, prácticamente se conocieron horas antes de
salir al terreno. El resultado: últimos en bateo, 141, sin poder
anotar una carrera en tres partidos.
El reverso de la medalla han sido los holandeses, victimarios de
dos de los planteles considerados entre los favoritos para seguir
avanzando, Taipei de China y Japón. Organizadores de torneos ya
tradicionales en Haarlem y Rotterdam, son la nación europea que más
ha adelantado en el mundo beisbolero, al extremo de que están
empatados con Cuba en fildeo —cero error—, y sus serpentineros
promedian 1,17, además de ser punteros en bases robadas, 6.
Decepciones hay, como en todo torneo. En este capítulo marchan al
frente taipeianos y japoneses, quienes no han podido saborear las
mieles de la victoria en cinco desafíos, los primeros lanzando para
más de 10 carreras limpias y los nipones exhibiendo un anémico
promedio al bate de 210, representados aquí por jugadores de la Liga
Industrial.
Volviendo a nuestro equipo, constituye toda una satisfacción
observar el desempeño de las nuevas figuras. Con dos años en el
colectivo, metido en su segundo Mundial, José Dariel Abreu está
madurando como pelotero y es el tercero en average con 600, todos
sus jits sencillos, sin desesperarse ni tratar de halar lo que le
tiren.
Eriasbel Arruebarruena arranca exclamaciones de la afición por
sus fildeos espectaculares, jugando como si llevara años de
experiencia y está al frente del equipo en impulsadas, 6, una más
que Yulieski. Rusney Castillo aprovecha cada turno al bate y acumula
4 imparables en 6 turnos. Anda bien el relevo, sin duda.
Ayer fue día de descanso general, menos para norteamericanos y
nipones que dirimían su juego suspendido por lluvia, los primeros
sorprendidos por los boricuas en su partido inicial.
Hoy el rival de Cuba será Sudcorea, con Yulieski González como
abridor, porque según Urquiola los asiáticos tienen en su alineación
algunos bateadores de esa mano. De vencer, los nuestros pudieran
comenzar la segunda ronda invictos, faltándoles los choques ante
Italia, Alemania y Nicaragua. Cuestión de tiempo, nada más.