Autoridades políticas y militares de Siria sepultaron este sábado
a 13 personas víctimas de acciones terroristas opositoras, mientras
expertos en explosivos desmantelaron una bomba colocada en una
concurrida calle de la ciudad de Buakamal.
Soldados, oficiales y personal civil del Ejército y las fuerzas
de seguridad asistieron junto a familiares de las víctimas a las
honras fúnebres realizadas casi simultáneamente en las regiones de
Lattakia, Hasaka, Homs, Tartous, Aleppo, Hama, Raqaa y la periferia
de Damasco.
Los ahora fallecidos, incluidos oficiales del Ejército y de las
fuerzas policiales, así como dos civiles, cayeron en enfrentamientos
o ataques de las que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad
califica de bandas terroristas armadas en distintas provincias.
En medio de renovadas manifestaciones antigubernamentales para
exigir la renuncia de Al-Assad, efectivos de las fuerzas armadas
lanzaron este sábado nuevas redadas en Homs para tratar de ubicar a
opositores armados responsables de algunas muertes.
Una unidad de ingeniería desmanteló un artefacto explosivo
adherido a una motocicleta para estallar por control remoto en una
céntrica calle de Buakamal, en la provincia de Deir Ezzor, pero ayer
perecieron tres expertos cuando realizaban una operación similar en
Douma.
La bomba había sido activada dentro de un tubo de hierro cerca de
una mezquita en ese suburbio de Damasco, en tanto otro artefacto de
12 kilogramos fue desmantelado en la provincia sureña de Deraa,
señaló Prensa Latina.
Medios noticiosos gubernamentales reportaron otros incidentes
violentos en localidades de Homs, Hama y Tishreen.
La Red Siria de Derechos Humanos denunció que terroristas armados
dispararon el viernes contra un grupo de mujeres en Al-Rastan,
provocando la muerte de una anciana de 75 años y heridas a una niña
de 10, según reportó la agencia oficial de noticias SANA.
Tropas sirias se mantenían en alerta también en la zona de Kafr
Zaita, en la demarcación central de Hama, luego que desconocidos
abrieron fuego contra uniformados y civiles, causando tres muertos y
una cifra mayor de lesionados.
De acuerdo con la consejera de prensa y política del presidente
Al-Assad, Buthayna Shaaban, desde el inicio de las revueltas en
Siria el pasado 15 de marzo, han muerto alrededor de 800 miembros de
las fuerzas del orden y el Ejército.
Informes de la ONU y de la oposición refieren, por su parte, que
más de dos mil 700 personas perdieron la vida en el país
presuntamente por disparos de efectivos gubernamentales.