Ya
extrañaba no ver a ningún representante de Rusia en lo más alto del
podio, y ayer se adueñaron de la tercera jornada de esta 50 edición
de los Campeonatos Mundiales de lucha, al coronarse en el coliseo
Sinam Erdem, de Estambul, el grequista Roman Vlasov (74 kg) y la
librista Zamira Rakhmanova (51).
Pero, paradójicamente, fue la japonesa Hitomi Sakamoto (48) la
heroína en toda su dimensión, al conseguir con 30 años su octava
corona del orbe. Impecable estuvo, al punto de que solo la
azerbaiyana Marya Stadnyk pudo marcarle en el pleito final (2-3,
1-0, 1-0). Así extendió una cadena que incluye los cetros en
Sofía’00 y 2001, Budapest’05, Guangzhou’06, Bakú’07, Tokio’08 y
Moscú’10. En esta división la colombiana Carolina Hidalgo casi
atrapa un bronce, al concluir quinta.
Volviendo a los rusos, Rakhmanova mejoró su bronce de la versión
precedente y su coterráneo Vlasov derrotó al favorito y anfitrión
Selcuk Cebi.
Con ese título Rusia dominó por países el estilo clásico con 41
puntos, seguida por Turquía 35 e Irán 30, mientras Cuba, quinta en
tierras moscovitas, cayó al escaño 11, con 17 unidades gracias a la
plata de Mijaín López (120) y el bronce de Pedro Isaac (66). Dicho
acumulado no le alcanzó para colarse en la próxima Copa del Mundo,
donde se clasificaron, además, Bielorrusia, Kazajstán, Bulgaria,
Azerbaiyán, Corea del Sur, Armenia y Hungría.
Hoy se disputarán las medallas por las mujeres de los 55, 59 y 63
kg, como parte de una justa que alberga cifra récord de 900
gladiadores de 104 países, lógico si se sabe que en juego están los
boletos olímpicos.