La finalizada campaña de siembra, concluida en agosto, en la
provincia de Cienfuegos fue el primer atisbo del buen momento que
atraviesa la recuperación de la gramínea en el territorio.
Alberto
Martínez y Oscar Lima (con gorra) garantizan la calidad de la
siembra efectuada este año.
Así opinó a Granma Orlando Díaz, director general del
programa arrocero en la provincia, quien agregó que están todas las
condiciones creadas para en esta cosecha, entre el 10 de octubre y
el 31 de diciembre, incrementar la producción en 2 000 toneladas con
respecto a la anterior, cuando llegaron a las 4 000.
Este programa estratégico concita aquí la máxima atención de los
cerca de un millar de productores de las 42 bases productivas de la
provincia implicadas en la tarea.
AGUADA A LA CABEZA EN LA PRODUCCIÓN
Alrededor del 70 % del arroz cultivado en Cienfuegos se produce
en el municipio de Aguada de Pasajeros. El primer secretario del
Partido en el territorio, Miguel Sotolongo, remarca la atención
brindada a los productores de sus nueve cooperativas de crédito y
servicios (CCS) y tres cooperativas de producción agropecuaria
(CPA).
Alberto Martínez, agricultor de la CCS José Martí afiliado
mediante sus 13, 4 hectáreas al Decreto-Ley 259, considera que "este
año se efectuó una buena siembra, hay agua, aseguramientos, abono...
nos sentimos atendidos y estimulados". En igual sentido se pronuncia
su compañero, Oscar Lima.
Además, el municipio es epicentro del proyecto de colaboración
Cuba-Vietnam en la materia, el cual permitió que en áreas donde
antes se obtenían menos de 3,5 toneladas por hectáreas, hoy alcancen
las 9,2, asegura Michel Castillo, director de la UEB Agroindustrial
del Arroz en la provincia.
En términos generales los productores alcanzaron en la más
reciente campaña las 5, 2 toneladas por hectárea. Interrogado por
este reportero sobre la razón del despegue, el especialista apunta
que "el incremento en la productividad se debe sobre todo a la
disciplina tecnológica y la experiencia transmitida a partir de los
conocimientos aportados por los vietnamitas".
Bajo la sombrilla del proyecto tres fincas se dedican ahora a la
producción de semillas, y existen altos niveles del exquisito Perla
de Cuba. En virtud del resultado, se planifica extender el área del
vínculo binacional a 2 000 hectáreas en Cienfuegos, agrega Castillo.
EN EL SECADERO LA PAQUITA
Pero no todo es bonito en el arroz de Aguada. "Un gran problema
aún es la insuficiente capacidad industrial para asumir los
volúmenes que se están produciendo. El proceso inversionista en la
agricultura tiene que ir unido al de la industria", sostiene Orlando
Díaz.
Es por ello que, en los predios del secadero La Paquita, del CAI
Arrocero Aguada, este verano fue inaugurado un molino y ya comenzó
el movimiento de tierra para dejar concluido antes de julio próximo
otro secadero, colindante al sitio.
Así se duplicará la capacidad y entonces le daremos la respuesta
adecuada a la magnitud de las producciones, complementa Díaz.
La del molino —acota Castillo— representó una inversión de
relieve, pues no existía ninguno aquí y hasta su construcción, el
territorio debía depender en su totalidad de la vecina Matanzas.
Todavía ocurre, aunque de forma parcial.
Destaca además que el nuevo molino tiene un rango de
procesamiento de 0,9 toneladas por hora (molió 291 toneladas en
agosto), mientras que el secadero anexo procesó 2 924 toneladas
durante la denominada campaña de frío, lo que representó un
sobrecumplimiento del 42 %.
Ahora en La Paquita nos preparamos para la venidera campaña, dice
el estibador Modesto Vidaurreta. Él y muchas personas están
trabajando con esmero en el territorio para aportar mayores
volúmenes de alimento al pueblo. Se ha obrado de forma inteligente
para subsanar errores, atender al trabajador y velar cada detalle
del proceso agrícola e industrial.