Instalaciones y espacios desaprovechados para la recreación

Distintos recintos en la localidad de Alamar pudieran servir como espacios recreativos para la población, pero hoy se encuentran faltos de atención o totalmente abandonados. Este pudiera ser un ejemplo de lo que tal vez ocurre en otros territorios del país

Maylin Guerrero

Los espacios destinados a la recreación en Alamar casi no existen. Así afirmó la mayoría de las personas entrevistadas para profundizar más sobre el tema, quienes también se cuestionaron si esta es una situación exclusiva del territorio, con más de 90 000 habitantes y ubicado en el capitalino municipio de Habana del Este, o tristemente se repite en otras localidades del país.

Fotos: José M. Correa Estos son los restos de la que fuera una vez la Piscina Gigante.

Y aunque cierto es que opciones para invertir el tiempo libre pueden ser asistir a una biblioteca, sala de computación o practicar deportes en las áreas de la localidad, otras actividades como las bailables requieren de instalaciones o sitios con las condiciones necesarias para el buen esparcimiento.

Algunos de estos se encuentran hoy desaprovechados en la comunidad, mientras otros permanecen en el mayor olvido y, por ende, en consecuente deterioro. Por ejemplo, produce tristeza el estado de la conocida Playita de los Rusos, nombrada así porque en la zona donde está ubicada vivieron naturales de la antigua Unión Soviética que permanecían en el país por cuestiones de estudio o trabajo.

La Playita de los Rusos está en total abandono.

En tiempos pasados esa franja costera se habilitó con las condiciones propicias para facilitar el baño de pobladores y visitantes con sombrillas, quioscos para las ofertas gastronómicas... Pero por estos días atentan contra lo ya construido los embates de los fenómenos climatológicos y la indiferencia de las autoridades pertinentes que desaprovechan las bondades naturales del lugar.

El asombro fue mayúsculo al escuchar por la televisión, durante la etapa vacacional, a un directivo de Gastronomía decir que las ofertas de este tipo estarían garantizadas en las playas del Este y, dentro de ellas, mencionaba a la Playita de los Rusos.

Todavía hoy muchos la prefieren, ya sea por cercanía o sentido de pertenencia, incluso cuando no tiene más atractivos que los que brinda su propia naturaleza, amenazada además por la contaminación y por dos grandes lagunas de aguas albañales a pocos metros de la costa.

La antigua Piscina Gigante, ubicada en la misma zona y de agua salada, fue igualmente un excelente espacio recreativo; pero ahora muestra un alto nivel de deterioro que la hace casi irrecuperable. ¿Por qué se dejó destruir así este local? Estimo que ninguna respuesta justificará el total abandono del lugar donde una vez se invirtieron cuantiosos recursos materiales y humanos.

El cine XI Festival (que hoy permanece cerrado), los dos anfiteatros del territorio, el parque Hanoi y El Golfito son otras de las instalaciones y áreas inutilizadas, o no aprovechadas al máximo, que no solo pudieran contribuir a revitalizar la escasa vida cultural de Alamar, sino también constituir nuevos espacios para las personas que se inician en el trabajo por cuenta propia.

Hechos meritorios resultaron el traslado, desde Tarará, del hoy parque infantil José Martí y la inauguración de la sodería Los Cocos. Pero no es cuestión solamente de abrir nuevos recintos y de garantizar la estabilidad en lo que ofertan; importante también resulta mantener con vida los ya existentes y lograr que funcionen simultáneamente, para que así cada persona pueda elegir, según sus gustos e intereses, adónde ir.

Buscar soluciones con ayuda de la población para rescatar estos espacios constituye un probado camino, mediante el cual puede solucionarse una deuda pendiente con la comunidad desde hace tiempo.

 

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