DAMASCO, 4 septiembre.— Siria examinó hoy con el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) la crisis política nacional en
una jornada marcada por enfrentamientos entre opositores y fuerzas
de seguridad, con saldo de al menos 25 muertos.
El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Al-Muallem,
recibió en Damasco a una delegación del CICR encabezada por el jefe
del organismo, Jakob Kellenberger, y le expuso la disponibilidad de
los hospitales locales para asistir a cualquier herido en las
protestas.
Asimismo, denunció las acciones de los que describió como grupos
armados con prácticas de destrucción, sabotaje, muerte e
intimidación a los ciudadanos, lo que ha provocado un número elevado
de bajas letales, entre ellas más de 500 militares y agentes del
orden.
Explicó los esfuerzos del gobierno del presidente Bashar Al-Assad
para restablecer la estabilidad y seguridad de esta nación árabe,
además de impulsar el proceso de reformas anunciado meses atrás.
Igualmente, agradeció la labor del Creciente Rojo (equivalente a
la Cruz Roja en los países musulmanes) para paliar las necesidades
humanitarias de los ciudadanos sirios durante la actual crisis.
La plática entre Al-Muallem y Kellenberger coincidió con
estadísticas separadas de medios oficiales y de la oposición que
totalizan, sólo este domingo, 25 decesos como consecuencia de
disparos de bala y otros hechos de violencia en distintas zonas del
país.
Una fuente militar citada por un noticiero nocturno y la agencia
oficial SANA refirió que bandas terroristas armadas tendieron hoy
una emboscada a un autobús del Ejército en la encrucijada de las
ciudades de Salhab y Khatab, cerca de Mharda, y abrieron fuego
causando la muerte de seis uniformados y tres trabajadores civiles.
Entre los fallecidos había un militar de alta graduación y cinco
suboficiales, además de que otras 17 personas resultaron heridas,
algunas de gravedad, reseñó SANA, al añadir que un comando
gubernamental persiguió y abatió a tres irregulares y lesionó a
otro.
Voceros de la oposición y miembros de autodenominados grupos de
derechos humanos en Siria informaron, por su lado, que las fuerzas
de seguridad mataron a otras tres personas en la localidad de Khan
Sheikhoun, en la región de Idleb al noroeste del país.
Siempre según los adversarios del gobierno, cuyos testimonios
carecen de verificación independiente, otros 12 sirios perdieron la
vida en choques con soldados y policías en Karnaz, Khan Sheikhun,
Tahtaya, Jabal y Saraqebh.