El gobierno boliviano convocó a un diálogo para hoy a
representantes de una marcha indígena en protesta por la
construcción de una vía interdepartamental, informó Prensa Latina.
De acuerdo con el ministro de Comunicación, Iván Canelas, se
espera que los líderes de la Confederación de Pueblos Indígenas del
Oriente Boliviano (Cidob), entre otras agrupaciones, acudan a la
localidad de San Ignacio de Moxos para instalar esas pláticas.
Es esta la sexta ocasión en que el Ejecutivo invita a esas
negociaciones para resolver el diferencio sobre la carretera que
unirá a Cochabamba y Beni, pero que atraviesa el Territorio Indígena
Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), acotó.
A nombre de Palacio Quemado, dijo, participarán ministros con
plenos poderes de decisión para resolver sus demandas.
Canelas precisó que el gobierno remitió una carta al Comité de
Marcha con los detalles de la realización de ese diálogo, con sede
en la alcaldía del municipio de San Ignacio de Moxos, según la
propuesta.
La comisión ministerial la integrarán los titulares de la
Presidencia, Carlos Romero; de Gobierno, Sacha Llorenti; y la de
Autonomías, Claudia Peña; y anticipó que de acuerdo al avance del
diálogo podrán integrarse otros ministros.
También Canelas solicitó que los marchistas envíen una comisión
porque de otra manera, con los 600 ó 700 movilizados, no se puede
dialogar, aseveró.
Asimismo solicitó a los originarios la mejor voluntad, como la
que está expresando una vez más el Gobierno para encontrar
soluciones.
Antes, el Ejecutivo reafirmó la disposición del presidente Evo
Morales a recibir en La Paz a los marchistas.
También consideró innegociables algunas exigencias como paralizar
las labores de exploración y explotación de hidrocarburos,
catalogadas como eje clave del desarrollo económico nacional.
La caminata partió el pasado 15 de agosto desde la ciudad
amazónica de Trinidad con rumbo a La Paz, con el argumento de
rechazar daños a la biodiversidad del Tipnis.
El propio Morales denunció que la oposición a la carretera es un
pretexto que esconde intereses foráneos, lo cual se confirmó al
identificarse varias llamadas telefónicas entre representantes de la
embajada de Estados Unidos en La Paz y líderes de la movilización.