Los rebeldes libios, apoyados por la OTAN, mantienen este
miércoles el asedio a Sirte, ciudad natal de Muamar El Gadafi, pese
a la celebración aparentemente distendida en la ciudad de Trípoli
por la festividad musulmana del Eid El-Fitr.
Milicias de los insurgentes siguen apostadas varios kilómetros
alrededor de Sirte a la espera de refuerzos desde esta capital y de
que expire el ultimátum dado a los líderes tribales de esa localidad
para que se rindan a más tardar el sábado, reporta Prensa Latina.
La urbe en la costa mediterránea, casi 400 kilómetros al oriente
de Trípoli, fue blanco ayer de bombardeos aéreos de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuya agresión a este país ha
sido clave para los éxitos militares de los alzados contra El Gadafi.
Mientras prevalece la tensión y enfrentamientos esporádicos en
localidades que siguen apoyando a El Gadafi, como Sirte, Bani Walid
y Sabha, la jefatura del Consejo Nacional de Transición (CNT) se
empeña en mostrar en esta capital un ambiente de júbilo y calma.
Los jefes del CNT, instancia que condujo la insurrección contra
el Gobierno, declararon que controlan la carretera de Sabha a
Trípoli, y los alrededores de Sirte, así como las localidades
circundantes de Bin Jawad, Ras Lanuf y Nawfaliya.
La bautizada como Plaza de los Mártires, en alusión a los muertos
durante el levantamiento popular iniciado el 17 de febrero, se llenó
de familias que acudieron a los rezos matutinos por el Eid El-Fitr o
Pequeño Bairam, fiesta que marca el fin del mes musulmán del
Ramadán.
En la plaza predominaron banderas tricolor (negro, rojo y verde)
y disparos al azar al aire, en tanto en otras zonas de Trípoli
comienzan a verse señales muy discretas de normalidad con algunas
tiendas y mercados populares abiertos, aunque todavía muy
desabastecidos.
Según residentes aquí, son palpables los recortes o escasez
cuando no carencia total- de alimentos, agua, medicinas, combustible
y electricidad, además de que el vacío de poder y la anarquía tras
la salida de El Gadafi de la capital generan inseguridad en algunos.
Entretanto, el líder militar del CNT en Trípoli, Abdelhakim
Belhaj, aseguró hoy al canal catarí Al Jazeera haber recibido una
llamada telefónica de Saadi El Gadafi, el tercer hijo del líder
libio, en la que estaría sopesando la posibilidad de entregarse a
los rebeldes.
Los insurgentes prosiguen la cacería para tratar de localizar al
mandatario y su hijo Saif Al-Islam, mientras presionan a Argelia a
fin de que repatrie a la segunda esposa de El Gadafi, Safia, su hija
Aisha, que ayer dio a luz una niña, y a sus vástagos Hannibal y
Mohammed.
El CNT tildó de acto de agresión el gesto humanitario de Argel de
acoger a una parte de la familia del evadido mandatario libio.