JERUSALÉN, 30 de
agosto.— Las Fuerzas Armadas de Israel comenzaron a entrenar y a
armar, con granadas aturdidoras y bombas lacrimógenas, a colonos
isrraelíes para dispersar posibles manifestaciones en septiembre,
cuando la ONU debe votar sobre el reconocimiento a Palestina como un
Estado soberano.
Según el diario Haaretz, los militares delimitaron "líneas rojas"
de cada uno de los asentamientos en la Cisjordania ocupada —pese a
que la ONU los considera ilegales— para determinar a partir de qué
punto los soldados podrán reprimir o disparar a los manifestantes
palestinos en caso de que las crucen.
"Las Fuerzas Armadas de Israel están manteniendo un diálogo
profesional con elementos del liderazgo de los asentamientos y con
personal de seguridad. Se están invirtiendo muchos recursos en
entrenar agentes", señaló un portavoz del Ejército sionista citado
por Europa Press.
El vocero admitió que también se proporciona entrenamiento
especial a los jefes de seguridad de esos territorios y a sus
equipos en bases del Ejército, bajo el nombre de Operación Semillas
de Verano, y que muchos colonos ya tienen en su poder rifles de
asalto y pistolas.