Programa de Remotorización
Imprescindible marchar con buenos pasos
El ahorro proporcionado por el programa de
remotorización frisa el 56 % del combustible que consumían los
vehículos anteriormente
Yudy Castro y Maylin
Guerrero
Con apelar a la lógica más simple, cualquiera puede suponer que
si existen las partes y piezas necesarias, las instalaciones y la
mano de obra para llevar adelante la remotorización de vehículos,
entonces no deben surgir contratiempos que impidan su ejecución,
máxime cuando este programa representa un considerable ahorro de
combustible y divisas al país.
El
80 % de los equipos que llegan hoy a las plantas tienen aprobadas la
remotorización y la reconstrucción.
Sin embargo, este año, mientras algunas entidades del Grupo
Empresarial UNECAMOTO dedicadas a la actividad, han sobrecumplido
sus compromisos mensuales, otras, en más de una ocasión, han cedido
en estos por la no entrada de vehículos a las plantas.
Aunque esta situación no ha afectado el resultado general del
programa, pues hasta el cierre de julio realizó 429, lo que
representa el 67 % del plan anual, fábricas como la EISA Santiago,
de esa provincia oriental, apenas acumula el 35 % de lo concebido
para el 2011, asegura Iván Oramas Placeres, especialista principal
para la asistencia técnica en UNECAMOTO.
En
los talleres también se reparan piezas que se emplean en el
reacondicionamiento mecánico y la reparación de la carrocería.
Si bien las ochos plantas distribuidas en todo el país cuentan
hoy con equipos suficientes para mantenerse ocupadas durante el mes
de septiembre, resulta atinado insistir en el mantenimiento de un
arribo estable de carros a los talleres.
De repetirse la tensión sufrida en meses precedentes, los
indicadores podrían tornarse cuesta arriba, e incluso, empeñarse los
niveles contratados para enero y febrero del 2012, cuyo cumplimiento
exige la entrada a las plantas de los vehículos entre octubre y
noviembre del presente año.
En la
arrancada
Como parte de las medidas enfocadas hacia el ahorro de energía, a
partir del 2005 comenzó a gestarse el programa de la remotorización,
con el cual se pretendía cambiar los motores de gasolina de los
camiones ZIL, GAZ y los ómnibus Girón por otros de diesel, capaces
de duplicar el kilometraje con la misma cantidad de combustible.
El proyecto se extendió, además, a la reconstrucción, que incluye
reacondicionamiento mecánico y reparación de la carrocería, práctica
que se inició a finales del 2009, con prioridad para aquellos
vehículos que ya habían sido remotorizados en etapas anteriores.
Comenta Oramas que el 80 % de los equipos que llegan hoy a las
plantas tienen aprobadas ambas operaciones.
"Sin dudas los resultados son halagüeños. Desde que se emprendió
el proyecto, el ahorro frisa el 56 % del combustible consumido por
los camiones anteriormente, además de alargar la vida útil de los
equipos", asevera Raymer Díaz Estévez, director de Transporte
Automotor del Ministerio de Transporte.
Responsabilidades compartidas
Catalogado como el inversionista del Programa, el Ministerio de
Transporte es quien autoriza la remotorización y/o reconstrucción de
los vehículos, mediante una carta de autorización. Luego, los
equipos aceptados, al llegar a los talleres de UNECAMOTO, son
sometidos a una revisión para corroborar que cumplen con los
parámetros técnicos requeridos y no existe ningún error en la
documentación.
Precisamente las dilaciones del proceso, desde la aprobación
hasta la entrada en planta de los carros, es una de las principales
irregularidades asociadas a la remotorización. Después de
autorizado, el vehículo tiene, según los procedimientos establecidos
por el MITRANS, cinco días para arribar a los talleres.
A juzgar por el tiempo que demoran los carros en las fábricas (65
días), a varios organismos les resulta difícil sacar de circulación
un volumen alto de vehículos, pues ello limita sensiblemente sus
prestaciones. Tal es el caso de las grúas de la Unión Eléctrica, las
pipas de agua pertenecientes al Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos, los camiones de los ministerios de la Industria
Alimentaria y el Azúcar..., ejemplifica Raymer Díaz.
Pero más allá de estos retrasos asociados a situaciones
coyunturales, una parte de las entidades no ejercen la presión
necesaria para que sus equipos lleguen en el periodo establecido a
las plantas. Si no, cómo entender que una aprobación emitida en mayo
del 2010, aún tenga equipos pendientes; otra, con fecha 29 de
octubre del 2010 todavía debe un tercio de los carros autorizados.
Y lo más llamativo es que, tras la emisión de la autorización, se
le retira la gasolina asignada a esos vehículos. ¿Cómo entonces se
mantienen rodando por más de un año? ¿Cuán deficiente puede ser el
chequeo de la demanda real de combustible en estas empresas?
Según Díaz Estévez, "luego de confeccionadas las Cartas,
corresponde a los directivos de los organismos velar porque sus
camiones entren a las plantas", así como concierne al MITRANS
controlar mejor el destino y uso final del combustible que asignan.
También a los Consejos de la Administración Provincial les asiste
la responsabilidad de supervisar sistemáticamente el reordenamiento
de cargas en cada territorio, para que los medios puedan ser
remotorizados de acuerdo con los cronogramas pactados, sin que ello
menoscabe los servicios de transportación. Justamente las provincias
con mayor número de vehículos pendientes son Santiago de Cuba, Villa
Clara y La Habana.
En aras de perfeccionar la gestión entre los organismos y las
plantas de UNECAMOTO, para el 2012 se pretenden establecer contratos
cliente a cliente, de modo que cada una de las partes, ante
inconformidades o atrasos, pueda contar con un instrumento legal que
respalde cualquier reclamación. Mientras, bien vale reforzar la
exigencia para enmendar cualquier resquicio de desorganización. |