LIMA, 25 agosto.— Metas precisas y ambiciosas, que incluyen la
eliminación de la desnutrición infantil crónica y el cobro de más de
mil 100 millones de dólares anuales a las empresas mineras, anunció
hoy el gobierno peruano.
Los objetivos fueron presentados por el primer ministro, Salomón
Lerner, y los miembros del gabinete ministerial, en una sesión del
Congreso que, al final y tras un debate, le dio su confianza al
equipo gobernante con 90 votos a favor y 32 abstenciones, sin
oposición.
La mayoría de los legisladores elogió la exposición, salvo
algunas objeciones que fueron rechazadas por legisladores como el
socialista Javier Diez Canseco, quien destacó la orientación
gubernamental de promoción de los derechos sociales, la soberanía y
el fortalecimiento del Estado.
El premier fundamentó al línea oficial de crecimiento económico
con inclusión social, lo que implica una reforma profunda del Estado
y una reforma política general, para la igualdad de derechos, en
especial a la salud, educación, alimentación, vivienda, empleo digno
y seguridad social.
Solo así se resolverán las enormes brechas territoriales y
sociales, se incorporará a los excluidos al mercado, al consumo y al
desarrollo, y seremos una auténtica comunidad nacional. No tendremos
una política económica divorciada de la política social, señaló.
Señaló que las metas del gobierno para el fin de su mandato, en
2016, son la virtual eliminación de la desnutrición crónica en
niños, y de la reducción de la mortalidad infantil de 11 a cinco por
cada mil nacidos vivos.
También enumeró Lerner la universalización de la educación
inicial y el incremento del acceso de los hogares rurales a
electricidad, de 45 a 85 por ciento, así como aumentar el
presupuesto de la educación de tres a seis por ciento del producto
interno bruto.
En función de ese proyecto, confirmó la creación del Ministerio
de Desarrollo e Inclusión Social, una reforma del Estado largamente
postergada, en el marco de un nuevo Modelo de Gestión Social.
De otro lado, el primer ministro señaló que habrá una política de
concertación social y resaltó al respecto la reciente aprobación de
la Ley de Consulta a los pueblos indígenas sobre decisiones
oficiales que los afecten.
También habrá una nueva estrategia de prevención de conflictos
sociales —que en el anterior gobierno fueron reprimidos con un saldo
de más de cien muertos—, basada en el reconocimiento de los derechos
de la población. (PL)