Más de 300 organizaciones sociales de Bolivia respaldaron este
jueves la construcción de una carretera que unirá a Cochabamba y
Beni, y rechazaron las protestas de la Confederación de Pueblos
Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob).
De acuerdo con datos del gobierno, la marcha que se opone a esa
vía y que partió el pasado 15 de agosto de la ciudad de Trinidad la
apoyan apenas 10 agrupaciones y algunas Organizaciones no
Gubernamentales (ONG) que aseguran ser defensoras del medio
ambiente, reporta Prensa Latina.
La víspera, el Ejecutivo mostró nuevas evidencias de los vínculos
de esas ONG y la embajada de Estados Unidos, así como con la Agencia
del norteño país para la Cooperación Internacional (Usaid), con
planes desestabilizadores.
Para Palacio Quemado el polémico segundo tramo de 177 kilómetros
entre las localidades de Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de
Moxos(Beni) traerá desarrollo y beneficios para esa región en
comercio, salud y educación, entre otros.
Desde este jueves el gobierno logró entablar la primera mesa de
diálogo con los dirigentes de los marchistas tras contactos de una
nueva comisión que encabeza el ministro de Obras Públicas, Walter
Delgadillo.
Por su parte, el presidente de la cámara alta del legislativo, el
senador René Martínez, adelantó que las investigaciones iniciadas
sobre Usaid podrían concluir con su expulsión del país suramericano,
por reiteradas acusaciones de impulsar acciones opositoras.
También afirmó que las comunicaciones demostradas de la embajada
de Estados Unidos y líderes de la marcha representan una violación
de la normativa internacional y comprometen la soberanía y seguridad
del Estado Plurinacional.