Los maisienses tienen planificado sembrar este año 420 hectáreas, 
			de ellas 414 destinadas a la renovación de viejos cafetales y solo 
			seis a nuevas áreas. La razón es elemental: para qué crecer en áreas 
			si lo más apremiante es sellar las existentes con plantaciones 
			nuevas y productivas.
			En esta tarea, la más importante desde el punto de vista 
			económico en que ahora está enfrascado el oriental municipio, 
			participan más de 1 000 trabajadores y cientos de campesinos 
			vinculados a las diferentes formas de producción.
			Gracias a esa participación masiva ya se han sembrado más de 390 
			hectáreas y se agiliza la tarea para aprovechar la humedad reinante 
			y plantar todo lo posible antes de que comience la zafra en 
			septiembre, pues esta última actividad demanda prácticamente de 
			todas las fuerzas del municipio y del apoyo de otros territorios.
			Leonel Pelegrín Ortiz, jefe de agrotecnia en la Empresa Municipal 
			Agropecuaria, asegura que desde 1980 no se sembraba esa cantidad de 
			café en Maisí y que aspiran a vencer próximamente el plan 
			comprometido, y así contribuir a la meta de la provincia, ascendente 
			a 1 616 hectáreas.
			Explica que en la siembra lograda mucho ha tenido que ver el 
			incremento del precio del café hasta 50 pesos la lata, la producción 
			por la Empresa Agropecuaria de toda la semilla certificada que 
			demanda el municipio, el sustancial crecimiento en el número de 
			viveros (de siete hace dos años a 149 en la actualidad) y la 
			obtención de posturas mediante todas las formas de producción.
			Interrogado sobre las variedades que siembran, Leonel expresa que 
			el peso lo tiene la Catimor, aunque también plantan Borbón y Caturra 
			Rojo.
			"Son variedades de porte bajo y altos rendimientos. La 
			preferencia la tiene el Catimor, por el mayor tamaño del grano, su 
			aroma y su resistencia a las plagas y enfermedades".
			Los mejores resultados, atestigua Leonel, corresponden a las 
			Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), donde nuevos productores 
			se enfrascan en la renovación de los viejos cafetales recibidos.
			Comenta que las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) 
			también exhiben un buen desempeño, pero aún persisten reservas entre 
			los viejos campesinos para renovar a fondo sus plantaciones.
			Alberto Fernández Marzo, administrador de la UBPC Iraelda Marzo, 
			asegura que su colectivo ya cumplió con la siembra de las seis 
			hectáreas previstas para el año y que junto a esta tarea emprenden 
			otra también de capital importancia: la resiembra, mediante la cual 
			se corrigen las fallas de posturas y se sella toda el área. 
			Este municipio, cuyo título de máximo productor de café en el 
			país (junto a Tercer Frente, en Santiago de Cuba) se viene empañando 
			hace años por los pésimos resultados de las cosechas, ya ha 
			resembrado 801 hectáreas de 780 planificadas para el 2011.
			En este año ambas tareas han sido favorecidas con la aplicación 
			de fertilizante químico, el cual se suministra también a la mezcla 
			de tierra con materia orgánica con que se llenan los bolsos en los 
			viveros, lo que favorece el desarrollo de las posturas.
			Como vemos son dos actividades básicas para la recuperación de la 
			producción, en las cuales Maisí presenta resultados alentadores, 
			pero no basta con ellos, hay que continuar sembrando y resembrando 
			para que el territorio rescate su potencial productivo.