COCHABAMBA, Bolivia, 19 agosto.—El presidente boliviano, Evo Morales, denunció hoy al gobierno de Estados Unidos que intenta vincular a su administración con el narcotráfico.

En un acto para la entrega de obras en la localidad de Shinaota, en el trópico de Cochabamba (centro), Morales afirmó que, al contrario, el Ejecutivo despliega una política intensa para combatir ese flagelo y evitar el cultivo excedente de la hoja de coca.

En ese sentido, llamó a los productores de la milenaria planta a respetar el cato, extensión autorizada para desarrollar el renglón, y ser disciplinados, la mejor manera de respaldar la Revolución democrática y cultural, iniciada en 2006, remarcó.

El Ejecutivo anunció recientemente que en lo que va de año superó la meta de 2011 según convenios internacionales, que establecen la erradicación de cinco mil hectáreas de cultivos excedentes de hojas de coca.

Estadísticas oficiales señalan que hasta la fecha racionalizaron seis mil 429 hectáreas de la planta, con mayor incidencia en el trópico cochabambino, con casi cinco mil.

El gobierno asevera que desde la expulsión del país de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en 2008, acusada de conspiración, el enfrentamiento a ese flagelo es más efectivo.

En otra parte de su discurso, Morales criticó a partidos opositores como el Movimiento sin Miedo, que señalan que la carretera en construcción Villa Tunari(Cochabamba)-San Ignacio de Moxos(Beni), vía polémica debido al rechazo de algunos indígenas, es un "narcocamino".

En ese sentido, llamó a ser responsables con Bolivia y no involucrarse con los vendepatrias y las oligarquías bajo el tutelaje de Washington.

El dignatario alertó además sobre las nuevas maniobras de los enemigos del cambio, que utilizan a las Organizaciones No Gubernamentales, financiadas por Estados Unidos y algunas naciones europeas para desestabilizar al país.