LIMA, 19 agosto.— El Gobierno de Perú mantiene hoy suspendida la
erradicación de cultivos de coca, motivo de la primera injerencia
pública de la embajada de Estados Unidos, a menos de tres semanas de
instalada la nueva administración.
La pausa o tregua temporal de la eliminación forzosa de cocales
sigue en pie, a la espera de una evaluación y reformulación integral
de la política antidrogas que, bajo fuerte influencia
norteamericana, fracasó en el último quinquenio, según expertos en
la materia.
Ese fracaso está en el origen de la decisión soberana, como la
calificó el ministro del Interior, Oscar Valdés, de buscar nuevos
derroteros con énfasis en el combate a los traficantes, al
suministro de insumos para la producción de droga y al impune lavado
de dinero.
El parlamentario socialista Javier Diez Canseco, del bloque
gobernante Gana Perú, señaló que la política antinarcóticos impuesta
al país ha fracasado precisamente porque ha tenido como eje la
erradicación.
En declaraciones a Prensa Latina, Diez canseco señaló que la
eliminación compulsiva de plantaciones ha atacado al eslabón más
débil de la cadena de la droga y no ha sido efectiva, pues los
agricultores que siembran coca por necesidad de subsistencia-
afectados han migrado a nuevas tierras.
El fracaso de esa política, anotó, se mide en el hecho
contundente que bajo el pasado gobierno de Alan García el área de
cultivos de coca creció de 48 mil a 60 mil 100 hectáreas.
Mientras perseguía a los cocaleros, esa administración evitaba
poner en marcha una red de controles móviles de carreteras para
detectar e impedir el transporte de sustancias químicas para la
fabricación de drogas y nada hizo contra el lavado de dinero.
Diez Canseco calificó de fuera de lugar que la embajadora de
Estados Unidos, Rose M. Likins, haya reclamado que debió ser
informada en forma previa de la suspensión.
De ninguna manera, añadió, corresponde que se le informe a ningún
agente extranjero antes que a los peruanos, por más que Washington
coopere con la lucha antidrogas.
La suspensión de ninguna manera pone en duda la decisión del
gobierno del presidente Ollanta Humala de combatir en forma resuelta
el narcotráfico y prueba de ello es la captura, previa a la pausa
erradicadora, de 900 kilos de cocaína que estaban listos para su
embarque a Turquía.
Pese a ello, medios de prensa y elementos afines a las posiciones
norteamericanas en el tema lanzaron una andanada de ataques contra
el presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin
Drogas (Devida), Ricardo Soberón, responsable directo de la
suspensión.
El máximo funcionario antinarcóticos confirmó que la erradicación
se reiniciará en el marco de una nueva política y con otra
concepción, que la haga efectiva y sostenible y que, efectivamente,
brinde otras oportunidades de subsistencia a los cocaleros.
Soberón dijo, además, que el gobierno está dispuesto a una
renegociación de la asistencia del principal país cooperante de Perú
en la materia (Estados Unidos).