Miles de haitianos huyen de los campamentos para damnificados del
terremoto de enero de 2010 por la violencia, la insalubridad u
obligados por las expulsiones, denunció la OIM.
De acuerdo con la Organización Internacional para las
Migraciones, la cifra de refugiados por el sismo es actualmente de
unos 594 mil 800, casi 6 por ciento menos que junio anterior, cuando
eran casi 630 mil.
"Buena parte del descenso de la población de los campamentos se
puede atribuir al deterioro de las condiciones de vida, a la
inseguridad y a los desahucios forzosos", aseguró este viernes en
Ginebra la portavoz de la OIM, Jemini Pandya.
La agencia de Naciones Unidas informó además que se ha reducido
el número de esos campos hasta 894 (en un inicio eran más de mil,
repartidos principalmente en el centro y las afueras de esta
capital).
Hasta marzo pasado, unas 800 mil personas vivían en los albergues
transitorios, pero en mayo casi 200 mil de ellas huyeron de las
carpas de lona donde vivían.
Casi 20 por ciento de las otras 40 mil que abandonaron los
centros de acogida en junio anterior lo hicieron por órdenes de
desahucio dictadas por las autoridades haitianas, que desean
desmantelar paulatinamente estos campos.
Sin embargo, no dan opciones de realojamiento digno a esas
personas, denunció la agencia internacional.
Reveló además que la situación es más grave porque muchos de los
organismos humanitarios se han retirado o han reducido sus servicios
en la gestión de los campamentos.
"Cada vez es más difícil encontrar soluciones para estos
desplazados", afirmó Pandya.
Al menos 400 niños resultaron violados en esos lugares desde el
pasado año, según organizaciones humanitarias haitianas.
Un estudio difundido aquí la pasada semana indicó que, contrario
a los argumentos oficiales, la mayoría de ellos quiere dejar los
campos, pero no tienen los recursos financieros para hacerlo.
Una de las medidas gubernamentales fue entregar 500 dólares a los
damnificados para que se marcharan de las tiendas, pero muchos lo
consideraron insuficiente.
Otra gran parte, tomó el dinero y después de gastarlo, regresó al
mismo lugar o a otro campamento, señaló Prensa Latina.