Ha sido ActionAid la que ha lanzado la alerta sobre esta práctica
potencialmente mortal. Zippora Mbungo, una abuela de 86 años, de
Makima, Kenya, dijo a los trabajadores de la agencia: "Me ato la
cuerda alrededor de la cintura para apretarme el estómago y evitar
la sensación de hambre. La mayor parte del tiempo tenemos muy poca
comida, así que se la doy primero a mis nietos y dejo poco o nada
para mí. Por eso me ato el estómago con la cuerda. Aquí solo los
ricos no se atan con la cuerda en momentos como este". Y agregó:
"Esta es una de las peores sequías que he visto en mi vida". Philip
Kilonzo, de ActionAid Kenya, dijo: "Esta práctica muestra cuán
desesperadamente hambrientas están las mujeres. Pero puede ser
letal: varias han muerto tras liberar de golpe su estómago (de la
presión de la cuerda) cuando han podido conseguir otra vez comida".
La angustia de las madres de Somalia muestra el desequilibrio
mundial, donde unos pocos viven opíparamente en el mayor derroche y
las grandes mayorías viven en la miseria. Un mundo donde ricos y
pobres son infelices, unos sufren por exceso, se operan el estómago
para detener el consumo excesivo y neurótico, y otros se amarran el
estómago para detener su hambre y poder alimentar a sus hijos con
las sobras. (Fragmentos tomados de Revolución o muerte.org)