Las poblaciones afectadas por un terremoto que asoló parte del
sur peruano recuerdan hoy el cuarto aniversario de la catástrofe,
con renovadas esperanzas de que llegue la anhelada reconstrucción.
Por primera vez la recordación del sismo que devastó a Ica,
Pisco, Chincha, Cañete y otras poblaciones sureñas no es motivo de
marchas y bloqueos de carreteras en protesta, sino con expectativa y
hasta optimismo, reporta Prensa Latina.
Tal cambio de actitud se debe a que el nuevo presidente, Ollanta
Humala, tiene entre sus principales prioridades la reconstrucción de
la zona afectada, al punto que ha señalado que la gran
transformación prometida al asumir el cargo, el 28 de julio último,
comienza en esos territorios.
El primer viaje al interior de Humala como presidente, el pasado
viernes, tuvo como destino Pisco, a 250 kilómetros al sur de Lima y
una de las ciudades más dañadas por el sismo de 7,9 grados en la
escala de Richter, el 15 de enero de 2007.
El terremoto dejó un saldo oficial de 513 muertos, decenas de
desaparecidos, dos mil 291 heridos, 76 mil viviendas destruidas o
inhabitables y 431 mil damnificados, la mayoría de los cuales siguen
habitando en carpas, viviendas de emergencia y chozas precarias.
En su visita del viernes, el presidente Humala recorrió los
puntos más afectados, inauguró obras y dio instrucciones para
avanzar el trabajo de reconstrucción, para lo cual llegaron por
orden suya los primeros efectivos del arma de ingeniería del
ejército para hacerse cargo de la tarea.
La primera faena de los militares será recoger la gran cantidad
de escombros que asombrosamente siguen apilados en Pisco y otras
ciudades, cuatro años después del violento sismo.
Organizaciones de damnificados de las ciudades afectadas
recuerdan a los caídos con romerías a los cementerios y otras
actividades y reclaman una auditoría del Fondo de Reconstrucción del
Sur (Forsur), cuyo cierre anunció el viernes Humala.
La investigación, indican los dirigentes, debe esclarecer el
destino dado a unos mil 1000 millones de dólares manejados por
Forsur, instancia creada por el entonces presidente Alan García para
la reconstrucción.
García encargó el fondo a empresarios amigos con el argumento de
que la destreza de la iniciativa privada sería más eficiente y
prometió una pronta y ejemplar edificación de nuevas ciudades
modernas.
Forsur hizo obras de infraestructura y edificios públicos que en
muchos casos son cuestionados por costosos, deficientes e
incompletos, dejando las viviendas a cargo de los afectados con el
ofrecimiento de subsidios parciales.
El subsidio fue insuficiente y su reparto fue objeto de manejos
irregulares que Humala ha prometido investigar.