Desde fines del año pasado, Guantánamo cuenta con la selección de
las siete obras más representativas de la arquitectura en ese
territorio del extremo oriental de la isla.
Especialistas de la Sociedad de Arquitectura de la Unión Nacional
de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC),
artistas, escritores, historiadores y periodistas residentes en el
territorio eligieron las edificaciones entre 15 propuestas, para lo
cual tuvieron en cuenta sus valores técnico-constructivos, formales,
funcionales y ambientales.
El mérito correspondió al Palacio Salcines, Plaza de la
Revolución Mariana Grajales, Plaza del Mercado, Iglesia La
Milagrosa, Estación Ferroviaria Norte, Hotel Caimanera y Fuerte
Matachín, este último en el municipio de Baracoa.
El Palacio Salcines, otrora vivienda del destacado ingeniero y
arquitecto José Lecticio Salcines Morlote, fue concluido en 1919 y
desde entonces es considerado el edificio más representativo de la
ciudad. Se distingue por la pétrea figura que adorna su remate y
reproduce la figura de La Fama (mensajera de Zeus en la mitología
griega), la cual desde 1995 fue designada Símbolo de la Ciudad. La
mansión acoge hoy a un Museo de Artes Decorativas, una Galería de
Arte y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural.
La Plaza de la Revolución Mariana Grajales fue inaugurada el 26
de julio de 1985 por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en ocasión
de celebrarse en la provincia el acto central por el aniversario 32
de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
En ella confluyen manifestaciones de las artes como la arquitectura,
la escultura, el diseño gráfico, la música y la pintura, lográndose
un conjunto monumentario de relevancia nacional.
En la elección de la Estación Ferroviaria Norte predominó el
hecho de ser la única terminal de transporte edificada en el país
con el estilo Art Decó; mientras que el eclecticismo constructivo
marcó la pauta en el caso de la Plaza del Mercado. Ambos inmuebles
fueron edificados en las primeras décadas del pasado siglo en la
ciudad del Guaso.
La diversidad de estilos y épocas de las obras elegidas quedó
patentizada, además, en los casos del fuerte colonial Matachín,
convertido en la actualidad en museo, y la Iglesia La Milagrosa
(junto a la sede del Obispado Guantánamo-Baracoa). El templo es la
obra cumbre del movimiento racionalista en el territorio.
Según el arquitecto Max Roberto Singh Castillo, el voto por el
hotel Caimanera lo sustentó el hecho de ser ejemplo de arquitectura
contemporánea, que interpreta acertadamente los códigos de la línea
vernácula apreciada en ese poblado marino, además de constituir un
paradigma de obra turística por establecer un balance atinado con la
ambientación.
El valor histórico y cultural de esas edificaciones trasciende en
el tiempo y en numerosas generaciones de guantanameros, quienes
atesoran el mérito de haberlas preservado para la posteridad.