El gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi,
avanzó hoy en el endurecimiento de la política migratoria con un
decreto de ley que da luz verde al confinamiento de inmigrantes
hasta 18 meses, antes de la deportación, informó Prensa Latina.
La nueva normativa aprobada por 151 votos en el Senado modificará
a la vigente que autoriza a seis meses la retención de migrantes en
los centros de expulsión, donde las autoridades italianas mantienen
hacinados a miles de extranjeros que buscan refugio en Europa.
El proyecto de ley se suma a una serie de decretos y
disposiciones sancionadas por el Ministerio de Inmigración para
reducir la entrada de migrantes en el país por medio de requisitos
de admisión cada vez más severos.
Una de esas disposiciones tiene que ver con la obtención de
visado para residencia temporal a partir de un mínimo de 30 créditos
a consideración de las autoridades migratorias.
La conservadora Liga Norte, aliada de Berlusconi y reconocida por
su discurso xenófobo y nacionalista, sugirió también una enmienda
por la cual el Estado italiano se vea obligado a reclamar a la OTAN
un control de las oleadas migratorias procedentes del Norte de
África, en particular de Libia.
Italia al igual que Francia, Dinamarca, Holanda y otros estados
de la Unión Europea dio un giro abierto en relación con la
inmigración y a la integración de extranjeros en sus respectivas
sociedades, bajo la excusa de una incontrolable oleada de migrantes
y aumento de la inseguridad.
La crisis originada con la llegada de miles de inmigrantes
africanos a la sureña isla de Lampudusa en enero último, en un flujo
inusitado, fue al parecer el argumento presentado por el gobierno de
Berlusconi para avanzar con su plataforma migratoria conservadora.
En la misma dirección el Congreso italiano se alista a votar un
proyecto de ley que penalizará el ocultamiento del rostro en público
con prendas de vestir, visto como un primer paso hacia la
prohibición en Italia del velo islámico integral, tras ser
implantada en Francia y Bélgica.