El gobierno de Francia se pronunciará sobre las algas verdes
después de conocerse los resultados de los análisis en curso de más
de 30 jabalíes muertos en las costas de Bretaña (noroeste).
Al ser inquirida por las primeras pistas en las pruebas
efectuadas, la ministra gala de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet,
descartó cualquier manifestación antes de concluirse las
investigaciones, reporta Prensa Latina.
Los científicos encontraron rastros de hidrógeno de sulfuro
(H2S), un gas tóxico cuando es emitido en grandes concentraciones
por las algas verdes en el proceso de putrefacción, en cinco de seis
jabalíes fallecidos en Costas de Armor (Cotes-d´Armor).
En dos de ellos los registros (1,47 miligramos kilogramos y 1,72
miligramos kilogramos) fueron más altos que los hallados en 2009 en
un caballo (1,18 miligramos kilogramos) muerto en una zona cercana a
causa de un edema pulmonar atribuido al H2S.
Las autoridades estudian otras causas como la presencia de
cianobacterias y algunos residentes en los territorios afectados
evocan un envenenamiento masivo de esos animales.
La semana pasada los prefectos de Bretaña informaron que a todos
los jabalíes muertos desde inicios de julio se le efectuarán
autopsias y análisis toxicológicos, los cuales aportarán información
sobre sus tejidos y los alimentos consumidos.
La muerte de estas especies lanzó la polémica existente en la
región sobre la nocividad de las algas verdes, fuertemente prevenida
por las asociaciones en defensa del medio ambiente.
Según las agrupaciones, la proliferación de estas plantas
acuáticas es consecuencia del exceso de nitratos que proviene de los
fertilizantes agrícolas y de las aguas residuales urbanas e
industriales.
Los ecologistas plantean que el plan gubernamental puesto en
marcha en 2010 está focalizado principalmente en la recogida de
algas y las medidas planteadas para prevenir la expansión de las
mismas son insuficientes.
Mientras tanto demandaron el cierre de las playas a las cuales es
más difícil el acceso para el acopio de esas plantas.