MÉXICO.—
Luego de un recorrido de unos 1 500 kilómetros desde su natal
Honduras, Maura Sánchez, de 56 años, alcanzó este lunes, junto a
otros cientos de manifestantes, el Zócalo de la capital mexicana, la
principal plaza del país, para reclamar respeto y justicia para los
inmigrantes indocumentados.
Sánchez, una de las integrantes de la Caravana Paso a Paso hacia
la Paz, que recorrió desde Guatemala y Honduras el sur y el sudeste
mexicanos en pos de protección para los indocumentados, indaga sobre
el paradero de su nuera Lourdes Soyapa, de 37 años, quien partió en
1997 de Tegucigalpa rumbo al lejano norte tan ansiado. El último
contacto con su familia ocurrió en 1999 desde la ciudad mexicana de
Nogales, fronteriza con Estados Unidos.
Unas 400 personas, entre defensores de los derechos de los
inmigrantes, familiares de desaparecidos e indocumentados, arribaron
el lunes a la ciudad de México, meta de la marcha iniciada el 24 de
julio y que surcó en autobús y en tren carguero los estados de
Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz, parte de la travesía de sur a
norte de los inmigrantes y que también incluye el nororiental
Tamaulipas.
A lo largo del norte de América Central y del sur de México, los
manifestantes exhibieron los tratos violentos que reciben las
personas sin papeles, como asaltos, secuestros, violaciones y
asesinatos, a manos de policías corruptos y de organizaciones
criminales.
"Trabajamos en la redacción del reglamento de la Ley de
Migración, queremos que el mecanismo de las visas de tránsito sea
funcional y, si no, que lo quiten", dijo a IPS la mexicana Martha
Sánchez, dirigente del Movimiento Migrante Mesoamericano.
"Queremos que investiguen las redadas, los secuestros y las
agresiones, porque no hay investigaciones ni resultados", añadió.
Unos 500 000 inmigrantes indocumentados, en su mayoría
centroamericanos, cruzan anualmente México para llegar a Estados
Unidos, según datos de académicos y organizaciones de derechos
humanos.
Luego de un breve mitin en el Zócalo, la expedición recorrió las
principales calles del centro capitalino, hasta llegar a la vieja
sede del Senado, donde delegados se reunieron con una comisión de
esa cámara. De esa forma, la Caravana tocó uno de los emblemas del
poder político en México y de influencia en la definición de la
política exterior.
Está vigente desde mayo en México la Ley de Migración, que
reconoce los derechos humanos de los inmigrantes, despenaliza el
ingreso ilegal al país y crea una visa de tránsito. Pero, según los
activistas, la norma está insuflada del enfoque de seguridad
nacional, lo cual deja expuestos a los indocumentados a atropellos.
Por ello, las alrededor de 20 organizaciones no gubernamentales
responsables del recorrido demandan, en un comunicado de prensa, la
emisión de "una visa transmigrante o la supresión de visas para
terminar con el cruce clandestino como única manera de asegurar una
disminución drástica de las agresiones contra la población migrante".
Al menos 800 salvadoreños y hondureños desaparecieron en México,
según el recuento de asociaciones de familiares.
El Instituto Federal de Acceso a la Información Pública de México
resolvió en junio que el Instituto Nacional de Migración debe buscar
y entregar la información estadística de migrantes mexicanos y
extranjeros no localizados.
"Volveremos siempre que sea necesario para levantar nuestra voz",
dijo la hondureña Sánchez, con una foto, entre sus manos, de su
nuera desaparecida. (Fragmentos tomados de IPS)