El mayor obstáculo que enfrentamos en el
cumplimiento de los acuerdos del Sexto Congreso es la barrera
sicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o
doble moral, la indiferencia e insensibilidad y que estamos
obligados a rebasar con constancia y firmeza
Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz,
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en el Séptimo
Periodo Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, el 1ro de agosto de 2011, "Año 53 de la
Revolución"
Compañeras y compañeros:
Considerando
que en los últimos días hemos desarrollado varias reuniones, entre
ellas un Consejo de Ministros muy ampliado, el acto central por el
58 aniversario del 26 de Julio, el segundo Pleno del Comité Central
del Partido el pasado sábado, igualmente con muchos invitados, mi
intervención ante esta Asamblea será breve, pues no voy a repetir lo
planteado en estas actividades.
Además, los diputados en sus respectivas comisiones y en plenaria
han analizado la información detallada acerca de la marcha de la
economía en el primer semestre y los estimados para el resto del
año, así como aprobaron la liquidación del presupuesto del 2010.
También han sido informados sobre la constitución y
funcionamiento de la Comisión Permanente de Implementación y
Desarrollo, creada a partir de los acuerdos del Sexto Congreso del
Partido para conducir el proceso de actualización del modelo
económico cubano de forma armónica e integral.
Al propio tiempo el Parlamento acordó en el día de hoy respaldar
y aprobar en su espíritu y letra los Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución, lo que se traducirá
en una labor legislativa acrecentada para conformar las bases
legales e institucionales a favor de las modificaciones funcionales,
estructurales y económicas del país.
Con ese mismo propósito la Asamblea Nacional autorizó la
realización del experimento en las provincias Artemisa y Mayabeque
en interés de la separación de las funciones de las asambleas del
Poder Popular y de los consejos de la administración, con el
objetivo de estudiar esta experiencia para su ulterior
generalización, lo cual requerirá previamente introducir las
modificaciones pertinentes en la Constitución de la República.
Ello me libera de entrar en detalles y me permite concentrarme en
los aspectos más sustantivos.
En el primer semestre la economía creció en 1.9 por ciento
respecto a igual período del año anterior y se estima culminar el
año con un crecimiento del 2.9 por ciento del Producto Interno
Bruto, el llamado P.I.B.
Si bien los resultados en general son positivos, persisten
incumplimientos en la Agricultura, las industrias Alimentaria,
Sideromecánica, Ligera y de Materiales de la Construcción a causa de
errores en la planificación y falta de integralidad en la dirección
de estas ramas de la economía.
A pesar de las insuficiencias todavía existentes, puede afirmarse
que mejoró la eficiencia energética de la economía nacional, creció
la producción de petróleo crudo y aunque disminuyó de forma leve la
de gas acompañante, se estima cumplir el plan del año.
Por otra parte, se detuvo el deterioro de la producción de
azúcar, se registró un crecimiento significativo en el arribo de
turistas, así como se obtuvieron superiores resultados en diversos
sectores y se ha logrado preservar un adecuado equilibrio monetario
interno, al tiempo que se mantiene una correlación favorable de la
productividad y el salario medio.
Las exportaciones se incrementaron y decrecieron las
importaciones. Sin embargo perdura una tensa situación en las
finanzas externas, aunque aliviada parcialmente por los procesos de
reestructuración de deudas con nuestros principales acreedores, lo
que ha contribuido a continuar reduciendo las retenciones de
transferencias al exterior y nos sitúa en condiciones de ratificar
que las mismas serán suprimidas definitivamente antes de concluir el
presente año, como anunció el Ministro de Economía y Planificación.
Persistiremos en el camino de recuperar paulatinamente la
credibilidad internacional de la economía cubana.
El Consejo de Ministros en su sesión del pasado mes de junio
aprobó los lineamientos generales para la elaboración del plan del
próximo año, el cual debe superar las incoherencias y la deficiente
conciliación, todavía presentes.
En el 2012 la economía nacional continuará sometida a los efectos
de la crisis económica global, la escalada de los precios de los
alimentos anunciada por la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como se mantendrán
elevados los del combustible y otras materias primas, y proseguirán
las restricciones para la obtención de nuevos financiamientos,
además de las derivadas del bloqueo norteamericano.
Estas realidades nos obligan a acelerar el perfeccionamiento del
trabajo de dirección de los organismos y el desempeño de las
empresas y otras instituciones y redoblar la recalificación de los
dirigentes en todos los niveles para hacer realidad el contenido de
los Lineamientos aprobados por el Congreso del Partido, en
particular en lo referido a elevar el papel de la contabilidad y el
control interno como instrumentos insustituibles de la gestión
empresarial y también del contrato, factor decisivo en las
interrelaciones de los diferentes actores de la vida económica de la
nación.
Se hace imprescindible reinstaurar la disciplina financiera en la
economía y acabar con la superficialidad y negligencia que
caracterizan las relaciones de cobros y pagos en el país.
En cuanto a las inversiones, es cierto que se ha avanzado, pero
nos queda mucho trecho por recorrer para desterrar la improvisación
y las costosas irracionalidades.
Pasando a otro asunto. En cumplimiento de los acuerdos del Sexto
Congreso fue creada la Comisión Permanente para la Implementación y
Desarrollo que conducirá el proceso de actualización del modelo
económico, incluyendo el perfeccionamiento funcional y estructural
del gobierno en todos los niveles, la que a la par de proponer la
introducción, a corto plazo, de cambios puntuales en diversos
ámbitos de la vida económica, elaborará la conceptualización teórica
integral de la economía socialista cubana, tarea que, como se
comprenderá, requerirá de más tiempo y mucho esfuerzo.
El Consejo de Ministros también aprobó la estructura funcional
básica inicial y la composición de esta Comisión, definiendo sus
principios de trabajo, entre los que cabe destacar que la misma no
sustituye la responsabilidad institucional de los organismos y
entidades, al tiempo que se mantiene el precepto de que todas las
opiniones deben ser analizadas y cuando no se alcance el consenso,
las discrepancias se elevarán a las instancias superiores facultadas
para decidir.
Conociendo a los cubanos y por su importancia repito: todas las
opiniones deben ser analizadas y cuando no se alcance el consenso,
las discrepancias se elevarán a las instancias superiores facultadas
para decidir y además nadie está mandatado para impedirlo.
Al margen de las definiciones organizativas para el trabajo de la
Comisión, se han venido adoptando por el Gobierno diferentes
decisiones en consonancia con los Lineamientos, entre ellas, la
flexibilización adicional del trabajo por cuenta propia y su régimen
tributario, la aprobación de la política para simplificar los
trámites de la transferencia de la propiedad de la vivienda y
vehículos automotores entre los ciudadanos, la política bancaria y
de créditos a las personas naturales, incluyendo los trabajadores
por cuenta propia, la definición de las bases para la elaboración de
la nueva Ley Tributaria, la reducción de los precios de venta de
implementos e insumos a los productores agropecuarios y la
comercialización de equipos diversos, cuya venta no estaba
permitida, y productos en envases de gran formato en respuesta a la
demanda de las formas no estatales de gestión.
Se continuará estudiando otro conjunto de medidas para su
aplicación en los próximos meses, acerca de las cuales no me
extenderé, considerando la información brindada en esta sesión de la
Asamblea.
un doloroso incidente
causado por errores en la aplicación de la política de cuadros y en
la relación hacia la religión
Ahora me referiré a un doloroso incidente causado por errores en
la aplicación de la política de cuadros y en la relación hacia la
religión que motivaron la sustitución injusta de una compañera del
cargo que desempeñaba con buenos resultados. Al abordar esta
cuestión públicamente persigo el objetivo de reparar esa injusticia
y de paso presentarles un ejemplo elocuente del daño que ocasionan a
las personas y a la propia Revolución conceptos obsoletos, por demás
contrarios a la legalidad, todavía enraizados en la mentalidad de no
pocos dirigentes en todos los niveles.
La citada compañera, de quien me reservo la identidad, el centro
de trabajo e incluso la provincia, no en aras del secretismo inútil,
sino del respeto a su privacidad, es de origen humilde, casada y
madre de dos hijos, los dos y ella misma militantes del Partido, al
igual que su esposo ya jubilado; con una destacada trayectoria
laboral, y fue víctima de la mentalidad imperante, en distintos
niveles del Partido y el Estado, por profesar creencias religiosas y
acudir algunos domingos al culto en la iglesia de su localidad.
Se consideró deshonesto que ella, como militante del Partido y
cuadro administrativo, no hubiese informado de su religiosidad, algo
que por otra parte no estaba obligada a hacer y que constituye una
flagrante violación de los derechos ciudadanos refrendados en la
Constitución de la República, cuyo artículo 43 sobre este tema
expresa:
"El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de
que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo,
creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la
dignidad humana:
- Tienen acceso, según méritos y capacidades, a todos los cargos
y empleos del Estado, de la Administración Pública y de la
producción y prestación de servicios..." (fin de la cita).
Entonces se enmascaró la decisión de sacarla del cargo con la
aplicación de la medida "liberación por renovación", esgrimiendo el
pretexto de que aunque tenía magníficos resultados no se
vislumbraban posibilidades de promoción ulterior y por tanto debía
ceder su puesto a otro compañero. Para complicar más la situación,
dieron indicaciones de no tocar el tema religioso en su centro
laboral ni en el núcleo del Partido al valorar su sustitución.
Todo esto sucedió en febrero del presente año, ella comenzó a
trabajar en otra entidad, perdiendo el 40 por ciento de su ingreso
salarial, siguió militando en el Partido y se resignó en silencio al
dolor de la injusticia cometida, hasta que posterior a conocer el
Informe Central al Sexto Congreso, un día después de comenzar este,
decidió el 17 de abril remitir una queja al Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, tras lo cual se realizó un
proceso investigativo que corroboró todos sus planteamientos.
Por supuesto que la compañera, si así lo desea, debe ser repuesta
en su anterior cargo, como acordó proponer a la instancia del
gobierno correspondiente el Segundo Pleno del Comité Central el
pasado sábado 30 de julio, y al margen de su decisión, absolutamente
personal, sirvan estas palabras como un acto de reivindicación
moral.
Ahora bien, de qué nos sirve esta amarga experiencia y el daño
ocasionado a una familia cubana por actitudes basadas en una
mentalidad arcaica, alimentada por la simulación y el oportunismo.
Más de una vez he expresado que nuestro peor enemigo no es el
imperialismo ni mucho menos sus asalariados en suelo patrio, sino
nuestros propios errores y que estos, si son analizados con
profundidad y honestidad, se transformarán en lecciones para no
volver a incurrir en ellos. En consecuencia, hay que revisar toda
esta visión estrecha y excluyente, de manera definitiva, y ajustarla
a la realidad que emana de los acuerdos del Cuarto Congreso en 1991
que modificaron la interpretación de los estatutos que limitaba el
ingreso a la organización de los revolucionarios creyentes y ahora
los del Sexto Congreso del Partido.
Hace muchos años que nuestra Revolución superó el escenario de
confrontación con algunas de las instituciones religiosas, etapa en
la que por ambas partes se cometieron excesos de mayor o menor
envergadura. No ignoramos tampoco las aspiraciones del enemigo de
fomentar el enfrentamiento y el recelo entre los creyentes y el
proceso revolucionario, cálculos que han resultado equivocados
porque desde los primeros momentos la inmensa mayoría de los cubanos
humildes con creencias religiosas apoyaron a la Revolución.
A quien albergue dudas sobre ello, le recomendamos dar una
lectura al Plan Bush (hijo) para la transición en Cuba, el cual que
sepamos no ha sido derogado, y el papel que se pretende adjudicar a
todas las organizaciones religiosas en su estrategia subversiva
contra nuestro país y que, a pesar del fracaso cosechado, sabemos
que no han cejado en sus intentos.
Sobre el particular bastante se ha dicho por el propio Fidel
desde hace decenas de años y más recientemente en el Informe Central
al Congreso del Partido, en el que se hizo un llamamiento —cito—:
"Continuar eliminando cualquier prejuicio que impida hermanar en la
virtud y en la defensa de nuestra Revolución a todas y a todos los
cubanos, creyentes o no..." (fin de la cita).
Por ello no considero necesario abundar al respecto y solo
destacar que actitudes como las aquí criticadas atentan contra
nuestra principal arma para afianzar la independencia y la soberanía
nacional, o sea, la Unidad de la Nación.
Ese hecho pone de manifiesto, una vez más, que el mayor obstáculo
que enfrentamos en el cumplimiento de los acuerdos del Sexto
Congreso es la barrera sicológica formada por la inercia, el
inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia e
insensibilidad y que estamos obligados a rebasar con constancia y
firmeza, en primer lugar, los dirigentes del Partido, el Estado y el
Gobierno en las diferentes instancias nacionales, provinciales y de
los municipios.
Seremos pacientes y a la vez perseverantes ante las resistencias
al cambio, sean estas conscientes o inconscientes. Advierto que toda
resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del
Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil.
Nunca he sido partidario del apresuramiento ni de los cambios
bruscos, prefiero mil veces razonar, convencer, educar y sumar que
sancionar, pero ante las violaciones de la Constitución y de la
legalidad establecida no queda otra alternativa que recurrir a la
Fiscalía y los Tribunales, como ya empezamos a hacer, para exigir
responsabilidad a los infractores, sean quienes sean, porque todos
los cubanos, sin excepción, somos iguales ante la ley.
Sin cambiar la mentalidad no seremos capaces de acometer los
cambios necesarios para garantizar la sostenibilidad, o lo que es lo
mismo, la irrevocabilidad del carácter socialista y del sistema
político y social consagrados en la Constitución de la República.
Limpiémonos la cabeza de tonterías de todo tipo, no olviden que
ya concluyó la primera década del siglo XXI, y es hora.
En las palabras finales de antes de ayer a los miembros del
Comité Central y demás invitados, al tocar este tema y plantearles
la sugerencia de que estas palabras fueran dichas aquí, en la forma
que se ha hecho, recordaba que esa compañera nació —según los datos—
en el mes de enero de 1953. Recordé seguidamente que ese fue el año
del ataque al Moncada y les dije a los miembros del Comité Central:
"Yo no fui al Moncada para eso" (Aplausos).
De la misma forma, recordábamos que el 30 de julio, día de la
reunión mencionada, se cumplían 54 años del asesinato de Frank País
y de su fiel acompañante Raúl Pujol. Yo conocí a Frank en México, lo
volví a ver en la Sierra, no recuerdo haber conocido un alma tan
pura como esa, tan valiente, tan revolucionaria, tan noble y
modesta, y dirigiéndome a uno de los responsables de esa injusticia
que cometieron, le dije: Frank creía en Dios y practicaba su
religión, que yo sepa nunca dejó de hacerlo ¿Qué hubieran hecho
ustedes con Frank País?
aprovecho la oportunidad para informar a los diputados y a los
ciudadanos que nos encontramos trabajando para instrumentar la
actualización de la política migratoria
A continuación trataré otro punto de nuestra actualidad. Como
parte de las medidas que se valoran en la senda de reducir
prohibiciones y regulaciones emitidas en otros momentos del proceso
revolucionario en legítima defensa ante las agresiones a que hemos
sido sometidos por más de 50 años y también modificar diferentes
decisiones que jugaron su papel en determinadas circunstancias y
después perduraron innecesariamente, aprovecho la oportunidad para
informar a los diputados y a los ciudadanos que nos encontramos
trabajando para instrumentar la actualización de la política
migratoria vigente, en función de lo cual se ha venido avanzando en
la reformulación y elaboración de un conjunto de normativas
reguladoras en esta esfera, ajustándolas a las condiciones del
presente y el futuro previsible.
Damos este paso como una contribución al incremento de los
vínculos de la nación con la comunidad de emigrantes, cuya
composición ha variado radicalmente con relación a las décadas
iniciales de la Revolución, en que el gobierno de Estados Unidos
amparó a los criminales de la dictadura batistiana, a terroristas y
traidores de todo tipo y estimuló la fuga de profesionales para
desangrar al país. Recordemos, por solo mencionar un ejemplo, que de
seis mil médicos con que contábamos al comienzo de la Revolución, en
1959, la mitad —3 000— partió al extranjero.
Hoy los emigrados cubanos en su aplastante mayoría lo son por
razones económicas, si bien algunos pocos todavía alegan ser
víctimas de persecución política para granjearse adeptos y ayuda de
sus patrocinadores en el exterior o justificar el abandono de una
misión o contrato. Lo cierto es que casi todos preservan su amor por
la familia y la patria que los vio nacer y manifiestan de diferentes
formas solidaridad hacia sus compatriotas.
Precisamente las aspiraciones de mejorar el nivel de vida
constituyen la principal motivación para los movimientos
migratorios, no solo en Cuba, sino a escala global, alentados además
por el descarado robo de cerebros que practican los países poderosos
en detrimento del desarrollo del Tercer Mundo.
En nuestro caso, no podemos olvidar que somos el único país del
planeta a cuyos ciudadanos se les permite asentarse y trabajar en el
territorio de Estados Unidos sin visa alguna, con independencia de
la legalidad del modo empleado para lograrlo, en virtud de la
criminal Ley de Ajuste Cubano de 1966, hace 45 años, y la política
llamada de "pies secos y pies mojados" que favorece el tráfico de
personas y ha provocado numerosas muertes de inocentes.
Este sensible asunto ha sido objeto de manipulación política y
mediática durante largos años en el propósito de denigrar a la
Revolución y enemistarla con los cubanos que viven en el extranjero.
Nadie en la gran prensa internacional habla de la citada Ley de
Ajuste, es como si no existiera. Los emigrados cubanos son, a
resultas de la mentira repetida miles de veces, denominados
"exiliados políticos" que escapan del comunismo. Es decir, para
ellos de Cuba los ciudadanos "se escapan", mientras que del resto
del mundo emigran.
¿Qué pasaría si en Estados Unidos o la Unión Europea se pusiera
en vigor una ley de ajuste latinoamericano, asiático o africano? La
respuesta es obvia. Ahí está el gigantesco muro construido en la
frontera norte de México y las miles de muertes que, año tras año,
se producen en desiertos y mares aledaños a los centros del poder
mundial.
Como es lógico, la flexibilización de la política migratoria
tendrá en cuenta el derecho del Estado revolucionario de defenderse
de los planes injerencistas y subversivos del gobierno
norteamericano y sus aliados y al propio tiempo, se incluirán
contramedidas razonables para preservar el capital humano creado por
la Revolución frente al robo de talentos que aplican los poderosos.
Hasta aquí el tema de la emigración.
Por otro lado, la ocasión es propicia para, en nombre de los
diputados de la Asamblea Nacional y de todo el pueblo cubano, hacer
llegar al Presidente de la Venezuela bolivariana compañero Hugo
Chávez Frías nuestra felicitación por su reciente cumpleaños
(Aplausos) y trasmitirle la admiración por su ejemplar espíritu de
lucha frente a la adversidad, como hacen los verdaderos
revolucionarios, y la absoluta confianza de que vencerá en esta
nueva prueba que le ha impuesto la vida.
Finalmente, esta sesión de la Asamblea Nacional se inició con la
adopción, por aclamación de los diputados, de un acuerdo demandando
del gobierno de los Estados Unidos poner fin de inmediato al trato
injusto e ilegal contra Gerardo Hernández Nordelo y llamando a
incrementar la solidaridad de los parlamentarios y personas honestas
de todo el planeta hasta conseguir la liberación de nuestros Cinco
Héroes y su regreso incondicional a la Patria. Precisamente con este
asunto deseo concluir mis palabras, trasmitiéndoles un fuerte abrazo
y la indeclinable determinación de todo nuestro pueblo de jamás
cejar en la lucha por la libertad de ustedes.
Eso es todo.
Muchas gracias (Aplausos). |