La explosión de un coche bomba junto a una iglesia en la norteña
ciudad iraquí de Kirkuk causó este martes 23 heridos, informaron
fuentes de la policía en ese centro urbano.
A esa detonación la sucedió la desactivación- por fuerzas de
seguridad- de otros dos vehículos con cargas similares colocados en
dos templos cristianos.
La explosión y los dos ataques frustrados se percibe como una
escalada de violencia contra la población de confesión cristiana, un
proceso que generó el éxodo de un millón de personas desde que
comenzó la guerra desatada por Estados Unidos en el 2003, reporta
Prensa Latina.
Según el sacerdote Haithem Akram, "los terroristas desean que nos
vayamos de Iraq, pero fracasarán en su intento, nos vamos a quedar
en nuestro país. Los cristianos iraquíes son más vulnerables porque
no tienen milicianos que les protejan. Ellos desean aterrorizarnos,
pero fracasarán".
El atentado ocurrió a las 06:00 horas, cuando un automóvil
cargado de explosivos estalló junto a la iglesia católica siria, que
dañó al edificio y a viviendas cercanas, afirmó el coronel Taha
Salaheddin.
Por otra parte, el jefe de policía de Kirkuk, general Jamal Tahir,
precisó que el líder de la parroquia, sacerdote Imad Yalda, "era la
única persona dentro del local cuando ocurrió la explosión y resultó
herido. Los otros 22 lesionados estaban en las viviendas
adyacentes".
Tahir también añadió que las fuerzas de seguridad desactivaron
otros dos coches bombas, uno junto a un templo anglicano y otro en
el de Mar Gourgis, ambos en el centro de la ciudad de Kirkuk.