Cuba y la Unión Europea ejecutan un proyecto de gestión
medioambiental el cual contribuirá a mitigar el impacto de la pesca
intensiva en zonas costeras de la isla.
El programa comprende las localidades de Guayabal, en el sur de
la oriental provincia de Las Tunas, y Playa Florida, en Camagüey,
donde la explotación de los recursos marinos constituye la principal
actividad económica.
Como parte del proyecto se realizarán conferencias de
capacitación, al tiempo que se introducirán técnicas y medios de
captura de lo que se conoce como artes amigables de pesquería.
Este proceder, a diferencia de otros como el chinchorro, evita
que el arrastre de las redes destruya el fondo marino o se capturen
especies no aptas para el consumo, explicó Richard Olano,
especialista del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
en de Las Tunas.
El proyecto incluye la constitución de una zona bajo régimen de
manejo integrado costero en el sur de Las Tunas, lo que permitiría
unir las acciones hasta ahora aisladas de otros gestores
medioambientales.
Esta región posee ecosistemas ricos en diversidad biológica, que
se encuentran amenazados por la actividad del hombre.
Olano advirtió que de continuar los ritmos actuales de
explotación, estos ecosistemas perderían en un plazo no mayor de 10
años su capacidad de autorepararse y aparecerían las llamadas zonas
muertas o desérticas.